El cerebro es uno de los elementos más poderosos de nuestro cuerpo, y como tal, debemos cuidarlo lo máximo posible. Podemos atender nuestro cuerpo, nuestro entorno, nuestras relaciones personales e incluso nuestra estructura social, pero sin la cabeza todo ello puede irse al traste. Por ello, es necesario trabajar las emociones y los pensamientos que entran y salen cada día, incluyendo aquellos más difíciles de gestionar.
Así lo ha hecho saber Mario Alonso Puig, doctor y fellow en cirugía por Harvard University Medical School, en el podcast Tenía la duda. El investigador ha compartido sus conocimientos sobre el funcionamiento cerebral, y cómo las ideas y acciones pueden afectar al encéfalo. La mayor reflexión aportada por el madrileño es que la intervención más mucho más allá de un nivel emocional, sino que también afecta de forma estructural.

Mario Alonso Puig plantea qué hacer en el caso que uno se encuentre en una situación limite.
“Tus pensamientos no solo afectan a tu estado de ánimo, también cambian la estructura de tu cerebro. Lo más importante desde mi punto de vista a nivel del cerebro es desarrollar la capacidad de tener criterio”, comentaba. Esto permite, a largo plazo, tomar mejores decisiones a lo largo de un día, configurando nuestra forma de actuar a partir de tres capacidades distintas: estar atento, reflexionar y probar opciones alternativas.
“Tener criterio es poder cribar la información que recibes, saber cuál es la correcta y cuál no para tomar decisiones adecuadas. Para tener criterio necesitamos la capacidad de prestar atención. Si yo estoy desatento, no voy a poder tener un buen criterio porque no estoy captando la información (…) Es prueba y error para al final encontrar la ruta más adecuada. Todo aquello que no favorezca que desarrollemos un criterio propio no nos ayuda”, detallaba.

Mario Alonso Puig
Alonso Puig también ha hablado recientemente sobre cómo afecta a nuestro cerebro la soledad: “Te puede llevar por dos caminos. Si te lleva por el camino del silencio, el de la quietud, es un camino que se ha demostrado médicamente que es muy bueno y por eso la meditación tiene tantos efectos favorables en la salud. Si te lleva por la vía del aislamiento, de romper las conexiones, de romper los lazos de no quiero saber nada, eso tiene efectos negativos porque el ser humano es un ser de encuentro. Está en nuestros genes”.
Dichas reflexiones no son de reciente descubrimiento, sino compartidas por la comunidad médica desde el siglo XIX. El escritor estadounidense Henry David Thoreau, a través del ensayo Walden en 1854, compartió por primera vez la teoría del doble camino. Su intención original, narrando el tiempo que pasó en una cabaña junto al lago Walden en Massachussets, era demostrar la validez de vivir en la naturaleza para liberarse de las imposiciones de la sociedad industrial.