El té matcha, una tradicional bebida japonesa, continúa ganando en popularidad gracias a su sabor especial y múltiples beneficios para la salud.
Este té verde en polvo se elabora a partir de hojas molidas de Camellia sinensis y destaca por su alta concentración de antioxidantes, vitaminas y minerales. A diferencia de otros tés, al consumir matcha se ingiere toda la hoja, lo que potencia su aporte nutricional.
Uno de sus principales componentes es la L-teanina, un aminoácido que favorece la relajación, mejora el sueño y ayuda a reducir el estrés. En combinación con la cafeína, proporciona un estado de alerta tranquilo, ideal para mantener la concentración en días ocupados.
En lo físico, el matcha ofrece beneficios destacados. Es rico en catequinas y polifenoles, potentes antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo y ayudan a combatir la retención de líquidos.

Té matcha
Además, acelera el metabolismo, favorece la quema de grasa y contribuye a reducir los niveles de colesterol malo (LDL). También es una fuente de vitaminas A, B2, C, D, E y K, que fortalecen el sistema inmunológico, cuidan la piel y mejoran la salud ósea.
Preparar un té matcha tiende casi a lo ritual por la precisión que se requiere. Se necesita un gramo de polvo, un colador, un bol, agua caliente a unos 70-80 grados y un batidor de bambú (chasen).

Una persona preparando un Té Matcha.
Primero, se tamiza el polvo para eliminar grumos. Luego, se añaden 60 mililitros de agua caliente y se bate enérgicamente en forma de “W” hasta que aparezca una espuma ligera en la superficie. Este proceso asegura una textura cremosa y resalta el sabor del matcha.
Además de sus propiedades relajantes y energéticas, el té matcha beneficia la piel gracias a sus efectos antioxidantes, antisépticos y antiinflamatorios.