Es probable que nunca te hayas parado a pensar que algo tan abstracto como el estrés pueda afectar tu pelo, pero la realidad es que tiene un impacto mucho más directo de lo que parece. Si alguna vez te has sentido más cansado de lo normal o incluso has notado que te cae más pelo de lo habitual, podría estar relacionado con algo tan cotidiano como las tensiones diarias.
No es que el estrés te haga perder el pelo de un día para otro, pero sí que puede alterar los mecanismos internos que mantienen nuestro cabello saludable, y esto puede traer consigo una serie de efectos no tan agradables.
Cuidado y gestión
El papel del estrés en la despoblación capilar
Las investigaciones lo tienen claro: el estrés crónico no es sólo una molestia para nuestra mente, sino que también se manifiesta en nuestro cuerpo, especialmente en la salud capilar. Esto ocurre porque el estrés altera el equilibrio de los radicales libres en el folículo piloso, lo que afecta directamente su crecimiento. Además, el cortisol elevado, la famosa hormona del estrés, genera inflamación en el cuerpo, lo que termina perjudicando aún más el proceso de crecimiento del cabello.
Así lo explica la dermatóloga Claudia Bernárdez: “Si quieres tener un pelo sano y fuerte, aprender a gestionar el estrés es clave”. Este consejo no puede ser más pertinente si lo que buscamos es cuidar nuestra melena, ya que la gestión adecuada del estrés es una pieza fundamental para mantener el equilibrio interno del cuerpo y, por ende, favorecer un crecimiento capilar óptimo.
Por si fuera poco, el estrés también puede influir en la efectividad de tratamientos contra la caída del cabello, como la alopecia. Cuando el cuerpo está inflamado, las células no funcionan correctamente, lo que dificulta que el cabello crezca como debería. Por lo tanto, si estás buscando soluciones para mejorar tu pelo, no te olvides de incluir técnicas para reducir el estrés en tu rutina diaria.
