Bombones, flores, cenas románticas o joyas para los más presumidos. En el 14 de febrero, día de San Valentín, el amor reina en todas sus formas entre las parejas que lo celebran. A pesar de ser el día de los enamorados, es también un recordatorio para decir “te quiero” a las personas que amamos, como nuestros amigos y familiares. Sin embargo, solemos olvidarnos siempre de la misma persona. Una a la que deberíamos prestar toda la atención del mundo y demostrar a diario nuestro cariño incondicional: nosotros mismos.
Querernos no solo nos permitirá tener una mejor relación con nuestros sentimientos, sino que también nos ayudará a fortalecer los vínculos con nuestro entorno y a construir relaciones más sanas. El primer paso para amarnos es conocernos a nosotros mismos, aunque no siempre es un ejercicio fácil de realizar.

Elizabeth Clapés ofrece en su libro las claves para aprender a querernos como realmente nos merecemos
En nuestro día a día, nos enfrentamos a innumerables emociones, personas y situaciones que pueden generarnos malestar y que no siempre sabemos identificar. La falta de herramientas de autoayuda en la sociedad, especialmente entre los más jóvenes, llevó a la psicóloga Elizabeth Clapés a escribir su primer libro, Querida yo, tenemos que hablar, en el que ofrece las claves para aprender a querernos como realmente nos merecemos.
Es esencial que identifiquemos a aquellas personas que nos restan energía
Nuestro entorno juega un papel fundamental en nuestra personalidad, en cómo nos sentimos y en la manera en que tratamos a los demás. La psicóloga dedica uno de los capítulos de su libro a destacar la importancia de elegir con cuidado a las personas a las que damos el privilegio de formar parte de nuestra vida: “Nadie tiene que ser para toda la vida si tú no quieres”, afirma. A lo largo de los años, mantenemos relaciones y creamos nuevas con quienes se cruzan en nuestro camino. Por ello, es esencial que, cada cierto tiempo, analicemos a quiénes queremos conservar en nuestro círculo y identifiquemos a aquellas personas que nos restan energía, para así abrirles la puerta de salida de nuestra vida.

Cortar un vínculo nunca es fácil, pero, según la psicóloga, es mejor sufrir durante unas semanas o unos meses que ser infeliz toda la vida
Cortar un vínculo nunca es fácil, pero, según la psicóloga, es mejor sufrir durante unas semanas o unos meses que ser infeliz toda la vida. Los motivos más comunes por los que la gente teme romper relaciones—ya sean de amistad, pareja o familiares—suelen ser los recuerdos bonitos, los planes de futuro o los lazos familiares y propiedades en común.
Olvidamos que el sentido de la vida no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino
Frente a eso, Elizabeth Clapés insta a sus lectores a preguntarse: “¿Los motivos son tan de peso como para que yo tenga que mantener mi vida con alguien que no me haga feliz?”. En situaciones más complejas, donde es imposible desvincularse por completo, la psicóloga recomienda aprender a sobrellevar la presencia de esa persona de la mejor manera posible, dándole el mínimo espacio e importancia en nuestro día a día.
Una vez que hemos sido capaces de poner fin a una relación, llega otra parte fundamental: aprender que perder un vínculo con alguien no significa un fracaso. Según la psicóloga, cada persona llega a nuestra vida con un propósito y, de cada relación, se aprende y se descubren cosas nuevas. “Olvidamos que el sentido de la vida no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino. Finalizar una relación es algo natural y, a veces, necesario”, afirma.