La antigua China nos dejó algunas de las principales escuelas filosóficas en la humanidad. El confucianismo, el budismo y el taoísmo son tres de las más importantes, que han dejado grandes recomendaciones para la vida y la felicidad. Unos consejos de hace miles de años que eran válidos y vigentes entonces, pero también en la sociedad actual.
Entre ellas, una de las más seguidas es el confucianismo clásico, que parece ofrecer las recomendaciones más atractivas y seguidas para encontrar la felicidad en la sociedad actual, ajetreada como es. Principalmente, porque Confucio recomendaba que uno se involucre en la realidad y se preocupe por el bienestar de los demás; una vida de participación activa se considera mejor que una vida pasiva.

Confucio (551–472 A.C.).
Para Confucio, no hay nada más importante que amar al prójimo, pues esa es la verdadera virtud del hombre y lo necesario para alcanzar la felicidad. Si alguien practica esto, tanto a su entorno y relaciones sociales, vivirá una buena vida. “La vida es realmente simple, pero insistimos en hacerla complicada”, aseguró el sabio.
La frase no podría ser más simple, pero tampoco más acertada. La vida es muy complicada, pero en gran parte es por nuestro propio hacer. Nuestras rutinas y quehaceres ocupan nuestra agenda, estamos pensando constantemente en lo que tenemos que hacer, lo que los demás piensan de nosotros, planes que no sucederán en semanas o meses… Dejando poco tiempo para el tiempo libre, las relaciones interpersonales y el autocuidado.
Cuando llevamos una vida sencilla, normal y racional, entonces podemos tener una buena vida
Conviene simplificar. Como dice el filósofo: la vida es mucho más sencilla de lo que parece. Si nos pasamos el tiempo preocupados por cosas ajenas a nuestro control, jamás nos libraremos de esa carga que impedirá nuestro bienestar.
Consejos para una buena vida
Según Confucio, para vivir una buena vida, uno debe vivir de acuerdo con las virtudes, que básicamente consisten en “aprender extensamente y tener un objetivo firme y sincero; indagar con seriedad y reflexionar con autoaplicación. Para el sabio, el aprendizaje y el conocimiento son virtud, y deben ser parte de cada lugar y de cada cosa. El aprendizaje es la primera condición necesaria para una buena vida; cuanto más aprenda una persona, más cerca estará de tener una buena vida.

Las personas han de ocuparse de la realidad, del “aquí y ahora”, y no detenerse en problemas ilusorios.
Así, el conocimiento, el aprendizaje y la responsabilidad, son esenciales. Investigar cosas, cultivarse, descubrir; en su opinión, la calidad de vida depende de lo que uno sea capaz de descubrir y expandir su mente. Además, nunca es tarde; no importa la edad, género o condición. Los valores sociales también son importantes, en particular la amistad y la familia.
Lo mismo es cierto para la tolerancia, el diálogo, las nuevas ideas y pensamientos; siendo muy importante la reflexión para mejorar la condición de uno mismo.

Si quieres ser feliz, para de tratar de controlar todo aquello ajeno a tu control.
Como dijo el sabio: La vida vale la pena y debemos tener cuidado de preservarla y vivir mucho tiempo. La muerte debe ignorarse, y también la vida después de la muerte. El confucianismo recomienda que las personas se ocupen de la realidad, del “aquí y ahora”, y no se detengan en problemas ilusorios. No obstante, cuando la muerte es inminente, deben aceptarla.