Las relaciones de pareja pueden hacerse muy cuesta arriba cuando una de las personas tiene que cambiar alguna actitud que es dañina para la relación pero no lo hace. En algunas ocasiones la razón por la que le cuesta tanto cambiarlo es comprensible; en otras, la persona no quiere cambiar. Y cuando la situación se extiende demasiado en el tiempo, la persona que aguanta y aguanta puede ver muy dañada su salud mental.
“Es increíble cuánto tiempo de nuestra vida podemos llegar a perder con la esperanza de que alguien que queremos mucho cambie y se convierta en la persona que queremos”, empieza el psicólogo y terapeuta de pareja Adrián Chico en su último vídeo publicado en redes sociales.
Y es que Chico apunta que “muchas veces confundimos el hecho de entender a alguien, el ser comprensivos, el entender de dónde viene su comportamiento, con el hecho de tener que aceptarlo, tolerarlo y seguir ahí”, explica el psicólogo, que añade que muchas veces la empatía y la pena que se siente hace que pongamos al otro por encima de nuestras propias necesidades.
El experto cuenta que, a veces, el hecho de comprender por qué la otra persona actúa mal, hace que aguantemos demasiado y que excusamos sus comportamientos dañinos con las vivencias que nuestra pareja ha vivido en el pasado. Pero “entender algo y que ese algo tenga lógica no tiene que significar justificarlo y vivir con ello. En ese proceso de ser comprensivo y empático con el otro, no puedo olvidarme de ser comprensivo conmigo mismo”, recuerda este experto en salud mental.
“Hay que entender que, aunque yo tenga la capacidad de ayudar a alguien y si me pusiera con todas mis fuerzas incluso tal vez lo conseguiría, no significa que deba hacerlo. Puedo decir que no porque no me compensa, porque merezco que también luchen por mí”, continúa Adrián Chico, que lanza una pregunta: “¿Cuánto tiempo de nuestras vidas estamos dispuestos a perder por alguien que quizás no da ni la mitad de la suya por nosotros?”.
Reacciones en redes
“Te escucho y me duele… Gracias. ¿Por qué nos enganchamos y luchamos por imposibles y vamos en contra de nosotros mismos?”
El psicólogo explica que observa cómo mucha gente se queda “atrapada en historias para no dormir”, que nunca avanzan porque la otra persona no hace nada por cambiar. “Están llevando el peso ellos solos de hacer que la otra persona evolucione”, lamenta Chico, que asegura que, durante ese proceso invertido en el otro, podemos perdernos a nosotros mismos. El psicólogo aclara que, por supuesto, hay que hacer sacrificios y pequeños esfuerzos a veces, pero que “el amor no tiene que ser una lucha constante; no tienes que desgarrarte el alma para que alguien te quiera”, termina.