La alimentación es un mundo lleno de curiosidades, misterios, descubrimientos y, sobre todo, platos deliciosos. Cada cultura tiene una forma distinta de comer, usando distintos ingredientes y métodos de elaboración. Sin embargo, algunos de ellos podrían comportar algún que otro problema a la hora de consumirlas. Una de las grandes cuestiones está vinculada a la comida rápida y otros productos procesados o ultraprocesados.
En este sentido, muchos expertos han investigado conexiones entre una mala dieta de este tipo y la fatiga crónica. El Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona describe este síndrome como “una enfermedad caracterizada por una fatiga persistente e invalidante ante pequeños esfuerzos, que no mejora con el reposo. Con el tiempo va causando disfunción de los sistemas neurológico, inmune, endocrino y metabólico”.
La cuestión se ha tratado en múltiples entrevistas, la última de ellas concedida por la nutricionista Sandra Moñino en la cadena de radio COPE. La experta aparecía como invitada en el programa Lo que viene, presentado por José Ángel Cuadrado, para tratar distintas cuestiones vinculadas a la salud y el cuerpo. La fatiga crónica y los alimentos procesados entraron en juego a través de una pregunta del periodista, en la que la entrevistada señaló el desequilibrio alimenticio.
“La fatiga crónica está muchas veces ocasionada, como tú bien has dicho, por ese desequilibrio de nuestra alimentación. Y es que como yo siempre hablo de esa conexión intestino cerebro y es que lo que nosotros comemos interfiere en cómo nos encontramos a nivel emocional, a nivel cognitivo y también repercute en esa fatiga y esa energía que sentimos sobre todo a primera hora de la mañana”, explicaba al detalle.
Patatas fritas, comida rápida en rodajas
Cambios sustanciales
“Yo lo que le digo a mis pacientes es que una de las consecuencias de tener una inflamación crónica o tener un desequilibrio en nuestra microbiota es encontrarnos así. Entonces, cuando mejoran su alimentación y empiezan a llevar buenos hábitos, se encuentran por las mañanas con esa sensación de energía que ya parecía que habían olvidado, que ya pensaban que era parte de ellos encontrarse como con esa fatiga por las mañanas, esa sensación de no apetecerte levantarte de la cama”, profundizaba.
Vall d’Hebron describe, entre los síntomas del síndrome de fatiga crónica; el dolor en las articulaciones y músculos, la debilidad muscular, la dificultad para concentrarse e incluso pérdida de memoria, el dolor de cabeza, un hormigueo que afecta en especial sobre las manos, trastornos digestivos, dolor de garganta y trastornos de sueño, como la sensación de estar cansado nada más despertar.


