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María Merino, nutricionista: “El 'mindful eating' es clave para frenar la ingesta impulsiva, pero primero hay que saber si comes por ansiedad o con ansiedad”

Alimentación consciente

La experta en nutrición emocional advierte que confundir ambos tipos de ingesta complica el abordaje y propone herramientas para mejorar la relación con la comida

María Merino, nutricionista: “El problema no es el gluten o los lácteos: son los productos ultraprocesados que los contienen”

María Merino propone el 'mindful eating' como base para reconectar con las sensaciones de hambre, saciedad y disfrute

Atresmedia

¿Comer por ansiedad o con ansiedad? Aunque la diferencia pueda parecer sutil, la forma de abordarlo desde la consulta cambia por completo. Así lo explica la nutricionista María Merino, especializada en salud emocional y alimentación consciente, quien en su último vídeo en TikTok (@comiendoconmaria) ha querido dejar claro que no se trata de una distinción caprichosa, sino del primer paso para poder trabajar una relación más sana con la comida.

“Me parece bastante interesante averiguar qué es lo que a mí me está pasando, porque el abordaje, aunque va a compartir cosas, no es exactamente el mismo”, afirma Merino.

Cuando la emoción lleva al plato

Comer POR ansiedad

Según explica la nutricionista, comer por ansiedad es una forma de comer emocional, en la que una emoción desagradable —como tristeza, frustración o ira— genera un malestar que se intenta calmar a través de la comida. “Normalmente no hay hambre fisiológica, sino que se come para tapar esa emoción”, señala.

Este tipo de ingestas suelen hacerse de manera automática, sin presencia ni disfrute. Los alimentos más comunes son ultraprocesados, hiperpalatables y con alta capacidad para activar el sistema de recompensa: bollería, grasas que funden en boca, productos azucarados o edulcorados. Aunque, como matiza Merino, comer por ansiedad no depende del alimento en sí, y pone un ejemplo claro: “Si una persona se come 10 zanahorias en 5 minutos por ansiedad, también es una ingesta por ansiedad”.

Podríamos decir que comer POR ansiedad es una forma de comer emocional”

María Merino, nutricionista, que propone psicoeducación y trabajo conjunto con psicología

En muchas ocasiones, esta forma de comer va acompañada de culpa. “Y una manera de trabajar esa culpa es corrigiendo la manera en la que como”, afirma. Para ello, la consulta nutricional propone varias herramientas, como la psicoeducación, el diario dietético-emocional o el uso de alternativas no alimentarias para gestionar la emoción. Pero recalca que el abordaje completo requiere un enfoque multidisciplinar, con la colaboración de psicólogos especializados.

“Yo como nutricionista puedo ayudarte a identificar la emoción, a reconocer si lo que sientes es hambre real o no real, si lo que sientes es tristeza o pena… pero la gestión de esa emoción la vas a tener que trabajar con el psicólogo”, subraya.

Cuando el acelerón llega al sentarse a la mesa

Comer CON ansiedad

En el caso del comer con ansiedad, el punto de partida es diferente. La persona sí puede tener hambre fisiológica, pero al iniciar la ingesta se activa una ansiedad que altera por completo la experiencia alimentaria. Se come deprisa, sin masticar bien, sin saborear, sin registrar cuándo uno está saciado. A menudo se termina la comida con una sensación incómoda de plenitud y desconexión: “¿Qué ha pasado aquí?”, se pregunta el paciente.

Merino explica que este tipo de ingesta suele estar vinculado a ritmos de vida acelerados y desconexión emocional: “Hay gente que vive hiperconectada, con el piloto automático. No piensa, no para. Y claro, ese acelero de todo el día hace que a la hora de comer, comas con acelero. Que es comer con ansiedad”.

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En este caso, el tratamiento vuelve a poner el foco en el mindful eating, pero también en el trabajo de mindfulness y reestructuración del entorno de comida: identificar detonantes, eliminar distracciones, grabarse comiendo para detectar patrones y, sobre todo, validar cada pequeño avance sin juicio.

“No puedo pretender que de la noche a la mañana deje de comer con ansiedad. Pero si antes comía en 5 minutos y ahora como en 7, eso es un paso. Aunque no sean 15, ya son 7. Y eso ya es un avance”, insiste.

Una estrategia común

Comer CON conciencia

Aunque comer por ansiedad y comer con ansiedad requieren abordajes diferentes, ambos comparten una base: la necesidad de reconectar con uno mismo y con el acto de comer. Por eso, Merino defiende que el mindful eating (comer consciente) es una herramienta central en los dos procesos. Aplicar los cinco sentidos al comer, analizar el contexto, grabarse y analizar el acto de comer, identificar emociones, reducir el juicio y generar nuevas alternativas son algunas de las estrategias que recomienda en su consulta.

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