Aunque no siempre se sabe, la hora a la que cenamos sí tiene impacto. Siempre hablamos de la importancia de cuidar nuestra alimentación, de evitar los ultraprocesados y de mantener una dieta variada que nos aporte los nutrientes necesarios para estar sanos. Sin embargo, rara vez se menciona el momento adecuado para consumirlos. En el caso de la cena, es especialmente importante saber cuándo es mejor hacerlo.
Según la Dra. Mindy Pelz, experta reconocida en salud femenina, ayuno intermitente y bienestar hormonal, el objetivo de su trabajo es ayudar a las mujeres a mejorar su salud metabólica y hormonal mediante enfoques naturales y personalizados. A través de sus redes sociales busca llegar a un público más amplio, compartiendo con su comunidad virtual todos sus consejos y recomendaciones.

Joven comiendo ensalada mientras trabajaba en una computadora a altas horas de la noche
La Dra. Pelz explica: “El horario de la cena sí importa. También influye la exposición a la luz azul de las pantallas, ya que puede interferir con la producción de melatonina”. Según la experta, si cenas unas tres horas antes de dormir, por ejemplo a las 5 de la tarde, tu nivel de insulina subirá después de la comida, pero comenzará a disminuir gradualmente.
Luego, la melatonina (la hormona del sueño) empezará a aumentar naturalmente. Esto permite que tu cuerpo entre en modo descanso correctamente, tengas un buen sueño y que la insulina no se almacene como grasa. “Si cenas al menos 3 horas antes de dormir, la insulina baja a tiempo. Pero si cenas tarde, se cruza con la melatonina y el cuerpo guarda esa energía como grasa”, explica.
Por el contrario, si cenas tarde, tu cuerpo se encuentra con niveles altos de insulina al mismo tiempo que empieza a aumentar la melatonina. Ahí es cuando el cuerpo se confunde: está listo para dormir, pero aún hay insulina circulando, lo que provoca que se guarde esa energía en forma de grasa.

Primer plano de joven mujer feliz comiendo pasta en la mesa de comedor
Y esto no ayuda si estás tratando de perder peso. “La clave está en que la insulina y la melatonina no estén elevadas al mismo tiempo, sino que sus picos ocurran de forma invertida: primero la insulina tras la cena, y luego la melatonina para preparar el sueño”, explica la Dra. Pelz.
5 motivos por los que deberías considerar cenar más temprano, según la Dra. Mindy Pelz
Cena al menos 3 horas antes de dormir: Esto le da tiempo a tu cuerpo para digerir la comida y permitir que la insulina baje antes de que la melatonina empiece a actuar. Como resultado, disfrutarás de un sueño más profundo y reparador.
Evita que la insulina se convierta en grasa: Si cenas tarde, tu cuerpo recibe señales confusas: quiere dormir (melatonina alta), pero también está en “modo digestión” (insulina alta). La solución: guarda esa energía como grasa.
Mejor recuperación durante la noche: Un pico de insulina bien gestionado antes de dormir permite que tu cuerpo se enfoque en regenerarse, no en almacenar. Dormir bien también ayuda a quemar grasa.
Sincroniza tus hormonas: Tu salud mejora cuando la insulina y la melatonina no compiten entre sí. Cena temprano para que cada una haga su trabajo a su tiempo. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Sobre la luz azul: No solo se trata de la cena. Apagar las pantallas al menos una hora antes de dormir ayuda a que la melatonina fluya sin interrupciones.