La Semana Santa es una de las celebraciones de la fe cristiana. Un periodo que invita a la celebración, pero también a la introspección. Más allá de las tradiciones religiosas, culturales y las tan esperadas vacaciones para muchos; estos días representan una oportunidad única para hacer algo para los que algunos siempre admiten no tener tiempo: pasar tiempo de calidad en soledad, con ellos mismos.
Estos días son perfectos para pasar un tiempo de reflexión, o lo que muchos ya denominan la “soledad elegida”. Algo para nada sencillo, pues aprender a estar solo implica aceptarse tal y como uno es, además de disfrutar de nuestra propia compañía; una habilidad que se desarrolla con el tiempo y que mejora la autoestima y el bienestar.

Afrontar el sentimiento de soledad es complicado.
No todo el mundo es capaz de estar solo, pues el sentimiento de soledad está a menudo asociado con miedos como ser rechazado o abandonado. Así, muchos son capaces de aferrarse a lo que sea, incluso a sabiendas de que es negativo para ellos o les causa daño, por no estar solos.
Sobre todo esto han hablado el psicólogo Antoni Bolinches y los escritores Francesc Miralles y Àlex Rovira en su podcast, Ojalá lo hubiera sabido antes, donde han discutido cuáles son los pasos que hay que dar para aprender a estar solo y cómo este tiempo de “soledad elegida” es una verdadera oportunidad para conocerse mejor y de verdad.

Antoni Bolinches, Francesc Miralles y Álex Rovira en el podcast “Ojalá lo hubiera sabido antes”.
“A menudo, esa soledad refleja una desconexión no solo con los demás, sino con nosotros mismos. La sensación de vacío señala esa amistad de vacío que todavía está pendiente”, explica Rovira. “Muchas veces queremos llenar ese espacio con presencias externas, cuando en realidad la compañía que queremos es la nuestra, pero hacerse amigo significa tratarnos con la misma amabilidad, paciencia y comprensión que ofrecemos a los demás”.
Una tarea que implica no juzgar, sobre todo a uno mismo, algo de lo que no son capaces. “Sentirse solo se transforma en una oportunidad maravillosa para profundizar en el conocimiento”, continúa Rovira.
Antoni Bolinches: “Alrededor de los 50 años, la persona hace una aceptación superadora”
El problema de iniciar este camino de autoconocimiento es que las personas que desean ser “amigos” de sí mismos solo lo hacen cuando se encuentran en un momento de dolor. “Para hacerte amigo de ti mismo necesitas querer conocerte”, plantea el psicólogo Antoni Bolinches, que señala una verdad, y es que para este proceso hay que admitir una realidad: “Necesitas dos cosas más: gustarte y reconocer que no te gustas lo suficiente”.
Una verdad que Rovira secunda. “El camino para comenzar a mirar hacia dentro pasa por tener que enfrentar demonios y dolores internos, procesos de sufrimiento”, indica el experto en desarrollo personal.

Antoni Bolinches en el podcast “Ojalá lo hubiera sabido antes”.
“El proceso de descubrirnos comienza cuando nos damos cuenta que tenemos que superar adversidades, que tenemos desengaños, que vivimos relaciones no correspondidas, traiciones, disgustos… Es ahí cuando comenzamos a conocer”, afirma. “Nosotros mismos somos nuestra herida. El viaje de conocimiento a uno mismo comienza con el coraje de mirar la herida”.
Un proceso que lleva a buscar los mecanismos para curar y superar las heridas. El escritor Francesc Miralles opinaba que muchas personas no acababan de hacerse amigas de sí mismas porque siempre luchaban con una parte de sí mismas. En su propia experiencia, se dio cuenta que todo pasaba por aceptar esas partes como parte de uno mismo. “Aceptémosla como una amiga, como parte de la mochila y no luchemos contra ello”.
Trucos para practicar la ‘soledad elegida’ -Buscar actividades que produzcan emociones positivas.
-Practica tu ‘ideal del yo’ con tu ‘yo real’.
-Permanecer en un ambiente agradable, sin prisas.
-Evitar pensamientos intrusivos que te desvíen de tu objetivo, que es la desconexión y conocerte.
-Piensa en los beneficios de conocerte a ti mismo, como mejorar tu autoestima.
Este proceso no se aprende de la noche a la mañana, sino que lleva años de introspección -según Bolinches, entre 20-30 años- para aceptarse. No obstante, se pueden incorporar hábitos que lleven a ese autocuidado, sinceridad y conocimiento.