El pasado lunes se cumplió lo que muchos temían: la vida del papa Francisco se apagaba tras una larga convalecencia a causa de una neumonía bilateral polimicrobiana por la que estuvo ingresado 38 días en el Hospital Gemelli de Roma. La muerte le sobrevino a los 88 años en su residencia de Santa Marta del Vaticano, tal y como anunció su camarlengo, el cardenal Kevin Farrell en un comunicado.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7.35 de esta mañana el Obispo de Roma, ha regresado a la casa del Padre”
El Vaticano difundió este martes las primeras imágenes del papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, en el féretro de madera en la capilla de la que fue su residencia, la Casa Santa Marta.
La causa de la muerte del papa Francisco ha sido un ictus. A causa de este accidente cerebrovascular, el pontífice sufrió un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano en su parte de defunción.
Desde que accedió a su papado a los 76 años, Francisco siempre fue atípico, convirtiéndose en un auténtico “revolucionario” para el Cristianismo. Con fama de “reformista” desde su llegada a Roma procedente de Argentina como el jesuita Jorge Mario Bergoglio, siempre fue un pastor sencillo y uno de los religiosos más queridos de su diócesis. Así se refleja en el cariño y tristeza que manifiestan ahora sus feligreses, con homenajes que no dejan de sucederse.
El Papa Francisco durante un acto oficial en el Vaticano el 21 de diciembre de 2024 (archivo)
Una de las cosas que más llamó la atención del papa Francisco es que nunca tuvo problema para llamar a las cosas por su nombre y hablar de todo tipo de temas. El propio Pontífice llegó a reconocer en una entrevista con el sociólogo Dominique Wolton que acudió a la consulta de un psicoanalista cuando todavía vivía en Argentina, donde iba una vez a la semana durante seis meses cuando tenía 42 años. Una decisión que le “ayudó mucho” en un momento delicado de su vida.
“Durante seis meses, fui a su casa una vez por semana para aclarar algunas cosas. Era médica y psicoanalista. Siempre estaba ahí”, confiesa el papa en esta entrevista, que Wolton incluyó en su libro Papa Francisco: Política y sociedad, y que apareció por primera vez en los medios franceses en 2017. “Un día, antes de morir [la psicoanalista] me llamó. No para recibir los sacramentos, porque era judía, sino para un diálogo espiritual. Era una buena persona.”, recuerda.
Politica y Sociedad. Conversaciones con Dominique Wolton (Encuentro, 2017).
Un conjunto de diversas entrevistas en las que el papa comparte varios aspectos desconocidos de su vida personal y su visión del mundo.
Entre otros temas polémicos, el jesuita habló de los abusos de menores. “Esto no prescribe en la Iglesia, nunca. Y si por los años prescriben, yo levanto la prescripción automáticamente. No quiero que esto prescriba nunca. Pedir perdón es necesario, pero no basta”, reconoció el Obispo de Roma. “Debemos ser muy fuertes. Con los chicos no se juega”.
El papa Francisco, en la plaza San Pedro, en una imagen de archivo.
El papa Francisco siempre consideró su papel como Papa como el de “un pastor”. Francisco le dijo a Wolton que ahora se sentía libre, aunque se sentía atrapado en el Vaticano.”Claro que estoy en una jaula en el Vaticano, pero no espiritualmente. Nada me asusta”, sentenció.
Despedida sentida y multitudinaria
Se calcula que más de medio millón de ellos están preparados para darle ese último adiós desde este martes y durante tres días -el ritual 'Ordo exsequiarum Romani Pontificis', denominadas popularmente las “exequias” del difunto- a su cuerpo presente en el Vaticano.
El próximo sábado, el papa Francisco será enterrado en una pequeña capilla adyacente a la capilla paulina de Santa María la Mayor que alberga la imagen de la patrona de Roma. El entierro arrancará con una misa exequial que se celebrará en el atrio de la Basílica de San Pedro y presidirá el cardenal Decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re.
