En cualquier tipo de vínculo, ya sea familiar, de pareja, de amistad o de otros ámbitos, surgen problemas de vez en cuando. Sin embargo, no todo el mundo sabe gestionar correctamente sus emociones cuando aparecen conflictos, y a menudo aparece entonces la cara más manipuladora de algunas personas.
Así lo cuenta la psicóloga especializada en manipulación, Déborah Murcia, en una de sus recientes publicaciones en redes sociales. En el vídeo, la experta advierte sobre una “bandera roja” que asegura que sucede muy a menudo y que en ningún caso deberíamos dejar pasar.
Esta bandera roja de la que habla la experta en salud mental se da cuando una persona ha hecho o dicho alguna cosa que te ha molestado y decides comunicárselo. Sin embargo, en estos casos, en lugar de aceptar que lo ha hecho mal y pedir perdón, la persona evade su responsabilidad.
“La otra persona, en vez de recoger lo que le has dicho y ver de qué manera puede sanar eso, te dice que eso no ha sido así”, pone como ejemplo la psicóloga de una forma de evadir la propia responsabilidad en un conflicto.
Pero Murcia advierte sobre otras dinámicas para hacerlo: “Una de las formas de no hacerse cargo de la responsabilidad es, por ejemplo, cuando tu le cuentas algo a alguien y esa persona, en vez de escucharte, cambia de tema porque no se quiere responsabilizar del daño que te ha hecho”. Esto sucede en el momento en el que verbalizas aquello que te ha dolido.
Reacciones en redes
“A mí me dice que el problema soy yo que sobre pienso y me ahogo en un vaso de agua… No puedo expresarme porque siempre da la vuelta a la tortilla para quedar él ofendido conmigo”
Otra forma de hacerlo, agrega la experta, es “negándote tu dolor y diciéndote que eso no fue así, es decir, hacerte luz de gas” o “echarle la culpa a un tercero y hacer como si la película no fuera contigo”. Por último, Déborah Murcia asegura que, para evadir la responsabilidad en un conflicto, hay personas que también intentarán culpabilizarte a ti de lo que ha sucedido aunque “sabe perfectamente que te ha hecho daño, pero, con tal de no reconocerlo, le da la vuelta a la tortilla”, termina.