La psicóloga Tere Díaz ha abordado, en una de sus últimas publicaciones en X, un tema de actualidad que afecta a millones de personas en todo el mundo: los traumas de la infancia y cómo estos afectan a nuestro día a día.
''A veces no entendemos por qué sentimos tanto… hasta que miramos hacia atrás. Sanar las heridas de la infancia no es fácil, pero sí transformador'', escribió la terapeuta en la plataforma de Elon Musk, para luego añadir que mucho de lo que hoy somos, tememos o sentimos tiene su origen en nuestra niñez.
A veces no entendemos por qué sentimos tanto… hasta que miramos hacia atrás. Sanar las heridas de la infancia no es fácil, pero sí transformador 🧸❤️🩹. pic.twitter.com/tcRFGMACpO
— Tere Díaz Sendra (@tedisen) April 29, 2025
Según su visión, las heridas que cargamos de nuestra primera etapa, como el rechazo, el abandono, la humillación, la traición o la injusticia, son experiencias emocionales no resueltas que continúan influyendo en nuestra vida adulta.
González ha expresado que, hoy en día, estas heridas no sanadas se manifiestan de diversas formas: Miedo al rechazo o al abandono, autoexigencia extrema, dificultad para poner límites o confiar, relaciones que repiten viejos patrones.

Un hombre reflexionando
En el post mencionado anteriormente, la experta ha dejado claro que sanar es posible, pero que debemos dejar la culpa a un lado y enfrentar nuestras dificultades para aceptarnos sin juzgarnos y tener una vida más libre y feliz.
En una entrada del blog de Tere Díaz, el equipo que forma parte de su consulta hizo hincapié en que, para liberarnos del pasado, es imprescindible aceptar y conocer nuestras heridas tempranas: ''Cada persona tiene las suyas de acuerdo a sus vivencias y sus relaciones (...) Recordemos que un pasado mejor puede ser la clave para un presente pleno''.
Hacer frente a las heridas
Según la web de la psicoterapeuta, es imprescindible no evadir lo que sentimos. Tras realizar un ejercicio de introspección para detectar y aceptar las heridas de la infancia que arrastramos, debemos afrontar nuestros miedos: ''Es muy importante saber con qué heridas crecimos y tratar de no evadirlas. Una vez que las reconocemos, hay que aceptarlas para empezar el proceso de sanación y poder trabajar en ellas con humildad, respeto y amor. En caso de no querer enfrentar alguna herida por el dolor que nos puede causar, lo mejor es acudir a un especialista para que nos ayude a superarla''.
Al final del texto mencionado, se explica que, como adultos, tenemos la obligación de asumir nuestra situación y trabajar en la sanación de nuestras heridas con atención y esfuerzo personal, ya que esta es la única manera de alcanzar el bienestar emocional y de vivir en paz, libres de máscaras.