Rocío López de la Chica, experta en separaciones: “No puedo decirle a mi pareja todo lo que pienso sobre sus hijos, pero sí cómo me siento en relación con ellos”

Después de la ruptura

La psicología y la sociología emplean el término “familias reconstruidas”, pero Rocío habla de “familias enlazadas” para describir a aquellas que surgen de la unión de dos personas con hijos de relaciones anteriores

Rocío López

Rocío López de la Chica

Cedida

“Lo viví como un fracaso como madre y un trauma para mis hijos”. Cuando Rocío López de la Chica, divulgadora y periodista, inició su proceso de separación, se topó de frente con la culpa, la soledad, la incertidumbre y la falta de referentes o figuras que la acompañaran durante el proceso. Razón no le faltaba. Aunque cada vez la sociedad tenga más integrado que existe una gran variedad de modelos familiares, referentes culturales como Disney y Hollywood siguen teniendo fuerza en el imaginario colectivo, especialmente entre los más pequeños. Desde la madrastra de Cenicienta y sus hermanastras abusivas hasta el rechazo y las gamberradas de los siete niños protagonistas de La niñera mágica para evitar padre se vuelva a casar, existe una visión distorsionada y negativa de las familias con progenitores separados que vuelven a juntarse con terceras personas.

Fue precisamente la falta de referentes y el deseo de haber recibido apoyo durante su proceso de separación lo que llevó a Rocío a adentrarse en el mundo de la crianza y a convertirse en divulgadora y escritora sobre educación y rupturas. Aunque la psicología y la sociología emplean el término “familias reconstruidas”, Rocío prefiere utilizar “familias enlazadas” para describir a aquellas que surgen de la unión de dos personas con hijos de relaciones anteriores. “Reconstruido suena a algo que se rompió, que duele y que se intenta reparar. Prefiero hablar de 'familia enlazada', porque transmite la idea de un nuevo lazo, un proceso evolutivo y no una ruptura”, explica Rocío a La Vanguardia. Todo esto lo aborda en su último libro, La familia enlazada, y en conversación con este diario.

Rocío López

Rocío López de la Chica

Cedida

Desde tu experiencia, ¿qué ha sido lo más difícil en el proceso de formar una familia enlazada?

Para mí, lo más difícil de formar una familia enlazada tiene que ver con los hijos de la pareja y con la expareja de la otra parte. Son factores sobre los que no tenemos ningún control. Con mi expareja o con mis propios hijos, yo puedo decidir cómo afrontar las cosas, pero los hijos de mi pareja y su expareja están mucho más lejos de mi ámbito de acción, y mi capacidad de influencia es muy limitada. Sin embargo, todo eso influye directamente en la relación de pareja y en la dinámica de la familia enlazada. Hay muchísimos factores en juego y no puedes manejarlos todos, por más consciente que seas.

Antes de enlazar a la familia, la pareja debe hacerse preguntas incómodas

Rocío López de la Chica,experta en separaciones

¿Cómo podemos llegar a controlar la situación y evitar que estos factores actúen en nuestra contra?

  • Es clave que la pareja esté muy unida y sólida. La comunicación es importantísima. Por eso es esencial que, antes de iniciar la convivencia o el proceso de enlazar a la familia, la pareja se haga preguntas incómodas: ¿Qué esperas tú de la relación con mis hijos? ¿Qué espero yo de ti con los tuyos? ¿Qué límites ponemos? ¿Qué rol quiero asumir yo con tus hijos y tú con los míos? Son preguntas que muchas veces evitamos, pero si no se hacen, cada uno parte desde expectativas distintas, y ahí es donde empiezan los conflictos.
Photo of a young family playing board games together on the floor of their home

Es fundamental aprender a poner límites claros y proteger el espacio de la nueva familia

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¿Cómo podemos hablar sobre los hijos de nuestra pareja sin sobrepasar ciertos límites?

No puedo decirle a mi pareja todo lo que pienso sobre sus hijos, pero sí cómo me siento en relación con ellos. Y eso es fundamental. Debemos darnos permiso para expresar cómo nos sentimos. Porque lo que yo siento respecto a los hijos de mi pareja no habla mal de ellos, sino que habla de mí: de mis miedos, mis necesidades, mis deseos, mis expectativas. Es algo que va de la piel hacia adentro. El problema es que muchas veces eso que sentimos está mal visto, es incómodo, y no queremos ni reconocerlo para no sentirnos malas personas, y mucho menos verbalizarlo por miedo a que piensen mal de nosotros.

Querer a los hijos de tu pareja desde el minuto cero no es realista. A ellos no se les elige, se los acepta

Rocío López de la Chica,experta en separaciones

¿Cuáles crees que son los errores más frecuentes, además de los problemas de comunicación, que cometen las parejas al intentar construir una nueva familia enlazada?

Uno de los errores más comunes es no haber cerrado bien la relación anterior. Las personas somos el resultado de todo lo que hemos vivido y aprendido. Por eso es fundamental honrar lo que fue y reconocer que esa historia también forma parte de nosotros. Otro error muy frecuente es intentar hacer borrón y cuenta nueva. Cuando hacemos eso, es muy fácil repetir los mismos errores del pasado. Por eso es necesario mirar hacia atrás, aprender de lo vivido y elegir hacerlo diferente y mejor en el presente. Y otro error muy habitual es caer en la exigencia de querer a los hijos de la pareja desde el minuto cero. Eso no es realista. Las parejas nos elegimos como adultos, pero no elegimos a los hijos del otro. A los hijos se los acepta. Como en cualquier relación, el vínculo se va construyendo poco a poco.

Couple on a walk together walking through a field in Keswick, The Lakes. They are looking out at the view of the countryside, enjoying their staycation.

Couple on a walk together walking through a field in Keswick, The Lakes. They are looking out at the view of the countryside, enjoying their staycation.

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¿Qué papel deben ejercer las personas respecto a los hijos de su nueva pareja?

Lo primero que debemos entender es que el padrastro o la madrastra no vienen a ocupar el lugar de la madre o del padre. No se trata de competir con esas figuras, y es fundamental tenerlo claro. El rol de la nueva pareja es distinto y necesita tiempo, escucha y exploración. Lo que los hijos de la pareja necesitan sentir es que nadie quiere quitarles el lugar de su madre o de su padre. Necesitan saber que esta nueva relación es, justamente, nueva. Así que sí, una madrastra o padrastro pueden llegar a ocupar un lugar privilegiado en la vida de esos niños, pero ese lugar no se impone: se construye con el tiempo, el respeto, la coherencia y la paciencia.

Es fundamental aprender a poner límites claros y proteger el espacio de la nueva familia

Rocío López de la Chica,experta en separaciones

¿Y qué necesidades o peculiaridades tiene una familia enlazada frente a una familia tradicional?

Una diferencia importante es que en la familia tradicional el vínculo con los hijos propios se empieza a forjar incluso antes de su nacimiento y se va profundizando de forma natural con el tiempo. En cambio, en una familia enlazada, los adultos y los hijos son personas desconocidas entre sí al principio. No hay un vínculo previo; ese lazo hay que construirlo desde cero o, a veces, desde menos cien, porque puede haber una “contaminación” adulta: es decir, si la expareja ha malmetido o generado rechazo hacia la nueva relación, la relación con los hijos de la pareja parte con desventaja.

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Es muy importante que cada progenitor mantenga momentos de exclusividad con sus propios hijos

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Otra gran diferencia es la presencia de una o dos exparejas. Y si son muy invasivas, pueden generar un gran desgaste en la nueva pareja. Por eso es fundamental aprender a poner límites claros y proteger el espacio de la nueva familia.

¿Qué consejos darías a las familias enlazadas donde los hijos no se llevan bien entre ellos?

Lo más importante es no forzar. Muchas veces la rivalidad surge porque sienten la presión de tener que llevarse bien desde el principio. Y así como la pareja no ha elegido a los hijos del otro, mucho menos los hijos se han elegido entre ellos.

También es muy importante que cada progenitor mantenga momentos de exclusividad con sus propios hijos, sin la necesidad de hacerlo todo en familia. Querer funcionar como un único bloque desde el primer día puede tensionar más que unir en una familia enlazada. Debemos hacerles sentir con claridad que el amor por los hijos propios es único, diferente e incondicional, y que el cariño hacia los hijos de la pareja es distinto.

La idea de la “media naranja” parte de la concepción de que somos seres incompletos y necesitamos a otra persona para completarnos

Rocío López de la Chica,experta en separaciones

¿Por qué crees que no existe la “media naranja” y cómo crees que cambiaría nuestra manera de vivir si dejáramos de buscar al amor de nuestra vida?

La idea de la “media naranja” parte de la concepción de que somos seres incompletos y necesitamos a otra persona para completarnos. Ya desde ahí, estamos cometiendo un gran error. No somos seres incompletos. Si partimos de esa sensación de carencia, vamos a buscar a alguien que nos “haga mejores”, pero esto nos coloca en una posición de inferioridad, que puede generar dependencia emocional. La clave está en ser conscientes de que para realizarnos personalmente no dependemos de otro ser. El objetivo no es encontrar una “media naranja”, sino una pareja que nos complemente, que nos ayude a crecer y ser mejores en todos los aspectos de la vida.

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Así como la pareja no ha elegido a los hijos del otro, mucho menos los hijos se han elegido entre ellos

FABIO PRINCIPE

¿Cómo podemos mantener una relación con nuestra expareja y cuáles serían las claves para asegurar el éxito de nuestra nueva familia?

Tenemos que superar el duelo de la relación anterior, evitar repetir los mismos errores que cometimos y aprender a diferenciar los roles de hombre y mujer, y de madre y padre. Muchas veces, como hombre o mujer, puedo sentirme muy enfadada o dolida con esa persona, pero es importante reconocer el padre o la madre que esa persona es para nuestros hijos. Para ellos, somos su “dios” y su “diosa”, pero aunque para nosotros esa persona pueda ser alguien a quien no queramos ver más, seguimos vinculados por nuestros hijos.

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¿Qué creencias, mitos o tabús sobre las familias reconstruidas consideras más dañinos o limitantes para la pareja y para el entorno en general?

Sin duda, el más extendido —y el que más daño hace— es la creencia de que una familia reconstruida es una familia “menos válida”, “de segunda”, y eso genera muchísimo sufrimiento. Es una idea muy instalada en el inconsciente colectivo que dificulta enormemente que una persona pueda sentirse en paz con su realidad familiar actual. Siempre lo digo: si nos fijamos en las familias tradicionalmente aceptadas, muchas veces lo que encontramos es una madre y un padre con hijos, sí, pero con sonrisas hacia fuera y muchísima distancia emocional hacia dentro. A veces incluso con muchos conflictos no visibles. Por eso, las personas que formamos parte de familias enlazadas necesitamos deconstruir la idea de “familia ideal” para poder valorar el nuevo modelo familiar que estamos construyendo.

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