Uno de los muchos estudios que organiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) está encabezado por la Encuesta de Condiciones de Vida. En el año 2022, el módulo de salud de este listado de preguntas dejó caer un interesante dato: el 37,7% de ciudadanos mayores de 16 años practican algún tipo de actividad física de forma regular. Un dato que se situaba por encima de la media europea encuestada en 2020, con un 26,5%.
Parte de esta actividad está acompañada del consumo de proteína, cuya venta ha incrementado considerablemente a lo largo de los años. Postres, embutidos, bebidas y el clásico polvo son algunas de las opciones para los involucrados, pero en esta última instancia hay que vigilar detenidamente su composición. Un hecho sobre el cual insistía la doctora Isabel Viña, especializada en Endocrinología y Nutrición, dejando claros qué ingredientes no debe llevar la proteína en polvo.
“Lo primero, no debería llevar maltodextrina. ¿Por qué? Porque cuando tú consumes proteína en polvo quieres proteína, no quieres un hidrato de carbono de absorción ultra rápida como la maltodextrina que pueda elevar muy marcadamente la glucosa y consecuentemente la insulina”, describía. Del mismo modo, también describía otros elementos que no deberían formar parte del conjunto, con tal de ser más saludables para nuestro cuerpo.
“Tampoco, en la lista de ingredientes que es diferente a la tabla nutricional, debería llevar los aminoácidos libres: glutamina, glicina y arginina; porque si bien estos aminoácidos son claves para la síntesis de proteínas, añadirlos a la mezcla de proteínas hace perder el equilibrio que debe existir entre los aminoácidos. Falsamente “hincha” el valor de proteínas, pero no se utiliza eficazmente para la síntesis de proteínas”, remarcaba.

Proteína en polvo
Musculatura al poder
“Y luego, obviamente, no debería llevar ningún azúcar. Luego ya podemos entrar en si preferimos que lleve ciertos edulcorantes, si no preferimos ciertos aromas o no”, concluía. Sobre estas cuestiones, Viña también desgranaba recientemente los beneficios ocultos de aumentar la masa muscular. Según sus palabras, un componente químico producido durante la actividad se dirige directo a las células como elemento de consumo.
“En el tejido muscular se acumula un aminoácido que se llama glutamina, y la glutamina es el aminoácido más consumido por nuestras células del sistema inmune, especialmente nuestros glóbulos blancos. Por tanto, más músculo tienes, tus músculos almacenan más glutamina y, en el caso de que necesiten, van a tener esa reserva de nutrientes necesaria para afrontar, atacar y eliminar todos los agentes externos que pongan en jaque nuestra salud”, explicaba.