Inclinar la cabeza hacia atrás, meter un algodón o soplar con fuerza. Lo que se ha visto toda la vida, lo que se repite una y otra vez, en casa, en el colegio, en la calle. Pocas cosas están más asumidas que esas reacciones cuando alguien sangra por la nariz. Pero ninguna de ellas ayuda, y algunas incluso complican más el problema. El desconocimiento sigue marcando la forma en que se responde ante una hemorragia nasal.
La recomendación médica más importante en esos casos es sencilla, pero no siempre se aplica: hay que apretar la nariz durante al menos diez minutos, con la cabeza ligeramente hacia delante.
Casi nadie aplica
Presionar bien la nariz durante diez minutos es el gesto más eficaz
Así lo indica Víctor Espuig, médico de Urgencias, que en su canal de TikTok pide a sus seguidores que nunca introduzcan “”objetos en la nariz si tienes una hemorragia, lo correcto es presionar con los dedos”. Esa presión debe hacerse justo en la zona blanda entre el cartílago y el hueso, no sobre el tabique ni más cerca de la frente.
Uno de los errores más frecuentes es echar la cabeza hacia atrás, algo que, según explicó Espuig en el mismo programa, solo agrava la situación: “Puedes tragar sangre o incluso aspirarla hacia la vía aérea”. Además, esa posición dificulta que el personal sanitario identifique el punto exacto del sangrado, lo que complica el tratamiento si hay que intervenir.
El médico también explicó que lo recomendable es mantener la presión continua sin soltar durante todo ese intervalo, y que si el sangrado se detiene, es importante no manipular la nariz ni sonarse después. Según precisó, eso podría provocar un nuevo sangrado justo en el momento en el que los vasos están cicatrizando y aún son muy frágiles.
Si no cede
Un taponamiento en el hospital suele ser la solución más segura
En caso de que no se detenga tras una segunda presión de otros diez o quince minutos, el paso siguiente es acudir a un centro médico. Si se trata de una hemorragia anterior, lo habitual es aplicar un taponamiento nasal con un dispositivo similar a un tampón, que se retira entre 24 y 48 horas más tarde. La intervención hospitalaria permite controlar mejor el sangrado y evitar complicaciones posteriores.
Saber cómo reaccionar de forma correcta ante algo tan común como un sangrado nasal puede marcar la diferencia entre resolverlo en casa o tener que recurrir a atención médica. A veces basta con desaprender lo que se ha visto toda la vida.