Alberto Ortegón, doctor en Ciencias del Ejercicio: “El corazón puede rejuvenecer 20 años con solo 2 años de ejercicio. No está destinado a envejecer pasivamente, sino a volverse más fuerte, flexible y resistente”

Ejercicio físico

“Si conseguimos mejorar la compliance del corazón, entonces podemos transformar por completo la forma en que todo el sistema cardiovascular se regula”, explica el experto

Alberto Ortegón

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“El cuerpo humano está hecho para moverse”, cuenta Alberto Ortegón Doctor en Ciencias de la Actividad Física. Cuando realizamos actividad física de forma regular y de manera intensa, nuestro cuerpo no solo gana resistencia o fuerza, sino que también cambia por dentro. El sistema cardiovascular, en concreto, se adapta al entrenamiento físico para responder mejor a las demandas del metabolismo.

“Por ejemplo, si conseguimos mejorar la compliance del corazón (es decir, su capacidad para llenarse con facilidad sin aumentar la presión), entonces podemos transformar por completo la forma en que todo el sistema cardiovascular se regula”, explica el experto. Como resultado, conseguimos que nuestro corazón trabaje con menos esfuerzo, de forma más eficiente y con mejores resultados. “Y como todo lo que funciona mejor y se desgasta menos, eso se traduce en más años de vida”, confiesa.

El equilibrio es fundamental para evitar la fragilidad

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El ejercicio estructurado puede revertir los efectos del envejecimiento en el sistema cardiovascular

En un estudio publicado en la prestigiosa revista The Journal of Physiology, “The impact of 2 years of high‐intensity exercise training on a model of dynamic cardiovascular regulation in previously sedentary middle‐aged adults”, comprobaron si un programa de ejercicio estructurado podía revertir los efectos del envejecimiento en el sistema cardiovascular. El programa de entrenamiento consistió en cinco horas de ejercicio físico semanal, combinando sesiones de fuerza, cardio y entrenamientos interválicos tipo HIIT.

El estudio se realizó a personas de entre 41 y 64 años y se observó que después de 2 años de entrenamiento estaban en mejor forma y biológicamente más jóvenes. “Sus corazones funcionaban con menor esfuerzo, y tuvieron cambios correspondientes a personas 20 años más jóvenes”, explica Ortegón.

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El corazón no está condenado a envejecer de forma pasiva

Por tanto, esto significa que el corazón no está condenado a envejecer de forma pasiva. “Al contrario, es posible transformarlo en una estructura más fuerte, más flexible y resistente. Un corazón, por tanto, que planta cara a la insuficiencia cardíaca, que tolera mejor el esfuerzo, y que disminuye el riesgo de eventos cardiovasculares. Estos son más años de vida... ¡y más vida a esos años!”, explica el experto.

“Por tanto, en una sociedad cada vez más envejecida y marcada por la inactividad, estos hallazgos no deberían pasar desapercibidos. No estamos hablando solo de prevención, sino de reversión”, añade. 

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