Nuestro bienestar es esencial para seguir adelante en el día a día. En una sociedad cada vez más extensa y completa, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier consecuencia. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
En este sentido, las relaciones tóxicas pueden ser las más peligrosas de gestionar, evitar y, en caso de haber quedado atrapado en una, huir de ellas. Una cuestión que exploraba en profundidad la psicóloga Claudia Nicolasa, autora de libros como Es manipulación y no lo sabes: Desactiva las trampas emocionales en todos los ámbitos de tu vida. Durante una de sus intervenciones más recientes, destapó determinados perfiles necesitados de una persona que les haga caso.
“No quiero nada serio contigo, pero te mantengo ahí. Porque hay personas que tienen claro que no buscan una relación, pero aún así te escriben, te buscan, te dicen de quedar y hasta se molestan cuando te ven con alguien más. Hay personas que su forma de sentirse bien consigo mismas es confirmar que tienen a alguien que los desea mucho y que sigue ahí incluso aunque no tenga motivos para estar”, comentaba, siendo este el primero de tres arquetipos.
“Y es que tu atención y tu disponibilidad son un combustible para sentirse especial. Segundo motivo, puede que sea su banquillo emocional. No te elige, pero tampoco quiere perderte. Y es que imagínate que en algún momento le da un bajón, se siente solo. La persona que está conociendo lo rechaza. Claro, tienes que estar ahí para entonces hacer del refugio emocional y que evite conectar con emociones desagradables”, profundizaba.

En las relaciones tóxicas hay mucho enganche emocional
Un paso difícil
“¿Te has fijado en si hay un patrón en los momentos en los que te llama? Tercer motivo, quizás esté evitando la culpa y la incomodidad. Cortar un vínculo no siempre es sencillo. Hay personas que tienen dificultades para dar este paso porque a lo mejor temen hacerte daño, porque les da miedo el decir no, porque temen los conflictos que puedan surgir. Créeme, he visto personas tener rollos e incluso relaciones con alguien que no le gustaba solo por estos motivos”, concluía.
A nivel psicológico, el psiquiatra José Carbonell también reflexionaba sobre el llamado síndrome de Mafalda: “Me puedo enfrentar al mundo con facilidad, pero me encuentro que todo a mi alrededor está que se cae, que está deprimido, que está de bajón y tengo que protegerme de eso y tengo que mirar por mí, tengo que pensar en mí. Y eso es lo que yo quiero para mis pacientes y es lo que quiero para todos vosotros, que es el hecho de que prioricéis hasta cierto punto el hecho de cuidaros, de saber poner filtros a todo el entorno”.