El reconocido psiquiatra Enrique Rojas lleva varias semanas compartiendo en sus redes sociales profundas reflexiones sobre las relaciones de pareja. En una de sus últimas publicaciones en Instagram, donde acumula más de 500.000 seguidores, el experto explicaba a su comunidad de Instagram los tres síntomas que nos indican que nos estamos enamorando.
''Cuando nos enamoramos llegamos a un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida'', afirmaba el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas.

Pareja enamorada.
El trastorno de la atención, la cristalización y la admiración hacia la otra personas son síntomas de que nuestro estado emocional ha evolucionado hacia una amor profundo y duradero. ''Uno se siente como absorbido, de tal modo que la cabeza y el corazón van y vienen una y otra vez hacia esa persona; atribuimos a la persona amada todo un conjunto de cosas buenas, positivas y nobles que pueden existir y aparece el deseo y la tendencia a estar con la persona a la que se empieza a amar'', explicaba.
Ahora, el experto ha querido ir mucho más allá, asegurando en una nueva publicación que un amor sano no puede absorber todo nuestro mundo y nuestra identidad. Y es que una relación de pareja saludable se basa en la reciprocidad y el respeto mutuo. Un vínculo en el que se comparten vivencias y sentimiento, pero en el que cada una de las partes mantiene su individualidad y autonomía.
''Nadie puede ser para otro un absoluto. Sí puede ser casi todo, pero nunca la plenitud definitiva. El amor verdadero se desarrolla con una actitud plenamente responsable respecto de la otra persona, dándole profundidad y misterio'', explicaba el psiquiatra.
Por ello, Rojas insistía en que ''aunque en el inicio de una relación, el otro parece llenar todos nuestros vacíos, un amor sano requiere conservar nuestra identidad y no perder el equilibrio emocional''. ''La verdadera felicidad no puede depender exclusivamente de una persona. Una pareja puede ser un gran apoyo, pero no es el todo'', concluía.