Nuestro bienestar es esencial para completar nuestras tareas del día a día. En una sociedad cada vez más difícil de sobrellevar, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier ocurrencia, de día y de noche. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Uno de los elementos esenciales para sobrevivir a la jornada es una comunicación asertiva, con todos los tipos de humanos posibles. En este sentido, aquella que no se transmite por la voz puede ser más efectiva que nuestras palabras, e imprescindibles en determinados casos de impedimentos, como las personas sordomudas. Alberto Aguedo, especialista en comunicación no verbal, mostró un gesto que se realiza pasando la mano por encima de la nariz.
“¿Sabes qué significa esto? Si ves que una persona lo hace cuando hablas, ponte alerta. Cuando una persona lo hace mientras le estás hablando, significa que tiene dudas o que está en desacuerdo con lo que estás diciendo o que algo le desagrada. Es de forma inconsciente, es una incomodidad que la persona tiene cuando te está escuchando y de forma involuntaria está haciendo este gesto de forma repetida”, describía, acompañando sus palabras del movimiento en sí.
Cristina Soria es otra de las caras visibles de la sinergología, el estudio del lenguaje corporal del ser humano. Según el Instituto Español de esta disciplina, cubre la “decodificación y lectura de la comunicación no verbal no consciente”, analizando los gestos que uno puede realizar sin darse cuenta. Durante una entrevista en el podcast ZoomOut, la invitada compartió una serie de gestos indirectos que permiten identificar la misma señal de alerta: la incomodidad.
“Hay tres gestos en sinergología que se llaman las tres N”, comenzaba, realizando tres movimientos sobre su nariz. “Son gestos de disgusto, es decir, tú me haces una pregunta y yo te contesto con estos tres gestos y esto que le he preguntado a lo mejor no le gusta mucho, o no quiere contestarla o a ver qué va a pasar. Pero claro, si me encuentro ante una persona que tiene rinitis o que tiene alergia no va a parar de rascarse. En la piel cuando sentimos emociones intensas nos pica”, proseguía.
“Más en la parte más central del rostro, es cuando más intensidad de la emoción hay. O incluso estoy mintiendo y puedo rascarme, pero me puede picar el jersey que llevo o puedo tener urticaria. Por eso es importante que antes de llegar a una evaluación final tengamos en cuenta muchos elementos”, sentenciaba. Junto al lenguaje no verbal, la comunicación directa también puede ser de gran ayuda en otros ámbitos, como por ejemplo las relaciones de pareja.