Nuestro bienestar es esencial para seguir adelante en el día a día. En una sociedad cada vez más extensa y completa, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier consecuencia. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones, tanto en el cuerpo como en la cabeza. Por ello, hay que mantener una atención constante sobre nuestro sistema.
En este sentido, el hecho más común es visitar el ambulatorio y acudir al médico de familia tan pronto como ocurre algo fuera de lo común. Un extremo que también suele ejecutarse para buscar consejo sobre nutrición o la pérdida de peso. Sin embargo, la cabeza también puede entrar en juego para complicar o incluso distorsionar nuestra imagen. Un hecho que quiso comentar en profundidad la psicóloga Virginia Frutos.
“El peso de tu peso no siempre está en los kilos, a veces pesa más. ¿Cómo te hablas cuando miras al espejo? Pesa esa culpa después de comer. Pese la vergüenza de mostrarte la comparación en esta idea de que si pesas menos vales más. Y eso también es una carga, eso también deja marcas porque tu cuerpo no es el problema, el problema es todo lo que hay alrededor del cuerpo”, reflexionaba, en un vídeo compartido mediante su perfil de TikTok.
“Y tal vez hoy puede que tu relación con el cuerpo no vaya a ser la más amorosa porque es un trabajo que lleva tiempo. Pero puedes empezar por no hablarte con odio porque tu cuerpo te ha sostenido siempre y ahora es tu turno de sostenerlo a él. Piensa esto que te digo”, remarcaba. Frutos también recalcaba, en un vídeo reciente, la importancia de dejar el pasado atrás y quedarse con los buenos elementos posteriores a una ruptura.
La percepción del propio cuerpo es muy diferente a la realidad para las personas con vigorexia
Mirar lo positivo
“La mala noticia es que no es para ti, pero la buena noticia es que no es para ti. Podrías quedarte con la pérdida, el vacío, la frustración de no haber conseguido eso que tanto querías o podrías hacer un pequeño giro de mirada y ver que quizás eso que no llegó, que no se dio, que se fue, también es una oportunidad de cambio”, sentenciaba. Unas palabras que acompañan sus reflexiones recientes sobre dejar ir aquello que más nos daña.
“Desde pequeños nos enseñan a aguantar. A creer que dejar ir es rendirse, que soltar es perder. Frases como ‘mejor malo conocido que bueno por conocer’ se nos quedan grabadas y sin darnos cuenta, aprendemos a sostener incluso lo que nos duele, solo por miedo a lo desconocido”, exponía. La reflexión de Frutos marca el hecho de ir acumulando ejemplos incómodos, los cuales acaban convirtiéndose en una pesada mochila a nuestras espaldas.


