Ana Morales, psicóloga, sobre pasar tiempo a solas si eres mujer: “Si tu entorno está acostumbrado a que estés al servicio de los demás, podrías encontrar cierta resistencia cuando te vean poner límites y disfrutar sola”

ENTREVISTA

Aprender a disfrutar sola es un acto de autoestima y rebeldía porque cuando te eliges a ti misma rompes moldes, cambias el guion y te das el lugar que mereces

Ana Morales, psicóloga

Ana Morales, psicóloga

© Guillem Cheung

¿Cuántas veces has dejado de hacer un plan porque nadie estaba disponible para ir contigo? ¿Ir a tomar un café, hacer ese viaje que tanto te apetece o visitar tu museo favorito? Seguro que más de una. Vivimos en una sociedad en la que actividades como estas están ligadas a lo social, al grupo. Desde hace años arrastramos la falsa creencia de que hacer algo sola en un espacio público es raro o incómodo. Y es hora de romper con esa idea. Ana Morales, psicóloga nutri-emocional, explica en esta entrevista con La Vanguardia cómo puedes empezar a dejar atrás ese miedo: el de querer hacer algo y echarte atrás solo porque no tienes con quién hacerlo.

Todavía hoy, a muchas mujeres les cuesta tomar la decisión de sentarse solas a comer en un restaurante o a tomarse un café en un bar. Y aunque no siempre pasa, en ocasiones eso puede hacerte sentir juzgada, fuera de lugar, como si estuvieras haciendo algo extraño. “Esto tiene una raíz muy profunda. A lo largo de la historia, el valor de la mujer se ha medido muchas veces en función de su vínculo con los demás. Somos hijas de alguien, esposas de alguien, madres de alguien… Siempre en relación con otro. Como si estuviéramos ahí para cuidar, acompañar, sostener. Entonces, ¿qué ocurre? Que cuando te sientas sola, ya sea en un restaurante, en el cine o simplemente en la vida, parece que estás incompleta. Como si te faltara algo”, explica la psicóloga.

Mujer sonriente

Mujer sonriente

francescoridolfi.com

Eso nace de un prejuicio antiguo y muy dañino para nuestra sociedad actual. “Ahí está ese concepto de la 'solterona', que sigue pesando en el imaginario colectivo. Y claro, si la sociedad tiene esa imagen de una mujer sola, tú no vas a querer que te identifiquen con ella. Por eso muchas veces evitas esas situaciones”, añade Morales.

Soy suficiente. No necesito que nadie me valide, ni excusas, ni pretextos, ni compañía para merecer este momento

Ana Morales

Ese rechazo externo se traduce en un diálogo interno negativo con el que también tienes que aprender a lidiar. Romper esas barreras invisibles es esencial, y hay formas de hacerlo paso a paso. “Lo primero es empezar por cosas pequeñas. Y, sobre todo, cuestionarte lo que tú quieres. Porque muchas veces ni siquiera te lo planteas. ¿Quieres ir a esa terraza a sentarte sola? Vale. Si lo quieres, ¿por qué no lo haces?”, plantea Morales.

Si nunca lo has hecho, quizá sentarte sola a comer en un restaurante te parezca un reto enorme. Por eso, Ana te anima a avanzar poco a poco: “Una buena idea es recordar que no llevamos encima el foco del FBI cuando entramos por la puerta. Nadie te está mirando. El 90% de las personas están pendientes de sí mismas, y el otro 10% está mirando el móvil. No eres el centro del universo, aunque a veces lo sientas así”, explica.

Una buena idea es recordar que no llevamos encima el foco del FBI cuando entramos por la puerta. Nadie te está mirando. El 90% de las personas están pendientes de sí mismas

Ana Morales

En definitiva, son creencias que solo están en tu cabeza. Para que el proceso te resulte más fácil, Morales recomienda llevar un libro, una libreta o cualquier objeto que te ayude a sentirte más cómoda. También puedes elegir una mesa junto a la ventana o en una esquina, donde te sientas más protegida. “Y una vez sentada, presta atención a los pensamientos que vayan llegando. Si piensas: ‘Qué ridícula estoy, ¿qué hago aquí sola?’, intenta cambiarlo por: ‘Ole yo, que me estoy regalando este momento’”.

Mujer pasando tiempo a solas

Mujer pasando tiempo a solas

Getty Images

Puedes ir por fases. No hace falta que empieces en un lugar que te imponga demasiado. “Si nunca has salido sola, quizá el restaurante del Ritz no es la mejor opción. Pero sí lo puede ser una cafetería un domingo por la mañana, o una terraza al salir del trabajo para tomarte algo tranquila. Sitios donde haya movimiento y no te sientas tan expuesta”, sugiere la experta.

Cuando empiezas a fijarte bien, te das cuenta de que hay muchísima gente sola en esos lugares. Lo que pasa es que no sueles poner el foco ahí, sino en lo que crees que te falta. “Es como cuando me quedé embarazada: de repente empecé a ver carritos de bebé por todas partes. Antes no me fijaba, pero ahí estaban. Esto es igual: hay más personas solas de las que imaginamos. Solo que hasta ahora no las veías”, cuenta Ana.

Se tiende a pensar que cuanto mejor estés con la gente, mejor estarás tú, aunque esto es un error. En realidad, es al revés

Ana Morales

En el momento en el que empiezas a pasar tiempo sola, te enfrentas a ti misma. Y cuando se apaga el ruido externo, aparece el interno. De repente afloran pensamientos que ni sabías que tenías, o que llevaban años ahí guardados. Pensamientos que incomodan. En ese momento, toca hacerte preguntas que te ayudan a conocerte mejor, entender lo que quieres en tu vida y qué rumbo deseas tomar.

Como estás acostumbrada a hacer todo en compañía, cuando te das el permiso de hacer cosas sola, el impacto en tu cerebro es brutal. Es un acto de autocuidado. Te estás demostrando que no necesitas a nadie para tomarte ese café, que no hace falta que alguien esté disponible o quiera acompañarte para que lo hagas. Eso es decirte: “Soy suficiente. No necesito que nadie me valide, ni excusas, ni pretextos, ni compañía para merecer este momento”.

Sobre las relaciones

Ana Morales también habla de como, a menudo, se piensa que las relaciones se construyen de fuera hacia dentro. “Es decir, que cuanto mejor estés con la gente, mejor estarás tú. Y esto es un error. En realidad, es al revés: cuanto mejor estés contigo, mejores serán también tus relaciones. ¿Por qué? Porque sabrás lo que quieres, pondrás límites, y si decides estar con alguien, será desde un lugar mucho más saludable”.

Mujer feliz pasando tiempo a solas

Mujer feliz pasando tiempo a solas

Getty Images

Por eso, cuando decides tomar ese café con alguien, no es porque no tengas otra opción, sino porque realmente te apetece. Se trata de un “puedo ir contigo, pero también perfectamente sola”. Y eso te da un poder enorme.

Por un lado, habrá quien diga: ‘¡Qué guay! Mira cómo se ha empoderado, qué bien se la ve’. Pero también habrá personas a las que ese cambio no les guste

Ana Morales

Esa elección, tanto para ti como para los demás, es mucho más valiosa. “Cuando empiezas a tratarte como un planazo, el mundo también te ve como un planazo. Y es así, porque todo va de dentro hacia afuera”, dice Morales.

Cómo perciben el cambio en tu entorno

Cuando comienzas a hacer este cambio interno, la gente a tu alrededor lo nota. Y según Ana, pueden pasar dos cosas muy diferentes: “Por un lado, habrá quien diga: ‘¡Qué guay! Mira cómo se ha empoderado, qué bien se la ve’. Pero también habrá personas a las que ese cambio no les guste”.

Si tu entorno está acostumbrado a que tú siempre estás disponible para los demás, que si no tienen tiempo para tomarse un café contigo, tú te quedas en casa esperando, puede que ver cómo empiezas a salir y disfrutar sola les incomode. Y ahí te puedes encontrar con cierta resistencia.

Pero justo en ese momento es donde entra tu fuerza. Si estás convencida de lo que quieres, como tomarte ese café sola, mantente firme, digan lo que digan. Puede que esa nueva versión de ti no le cuadre a todo el mundo, y eso es algo con lo que debes contar. Pero por eso mismo es tan importante que te mantengas en tu centro.

“Si tú estás segura de tu decisión, eso es lo que importa. Y si hay resistencias, también toca estar lista para sostenerlas. Porque si sabes que eso es lo que quieres hacer, ya está. No necesitas justificarlo más”, concluye Morales.

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