Quienes han sufrido una uña encarnada saben lo doloroso —y recurrente— que puede llegar a ser. No basta con cortarla recta ni con evitar el calzado ajustado: en muchos casos, la uña del dedo gordo vuelve a clavarse sin remedio. Pero según el podólogo Héctor Alonso, hay un truco casero que puede marcar la diferencia. Y solo necesitas algo tan simple como un trozo de algodón.
Un truco sencillo para un problema recurrente
El método con algodón busca modificar el crecimiento de la uña y evitar que vuelva a clavarse
En un vídeo publicado en su cuenta de Instagram (@hectoralonso.podologo), el especialista lanza un consejo claro, directo y práctico: “Si una y otra vez se te clava la uña del dedo gordo, aunque te la cortes recta, no te preocupes, este truco te puede ayudar a que no se te vuelva a clavar nunca más”.
¿En qué consiste? Muy fácil: justo después de la ducha, cuando la uña está más blanda y flexible, hay que introducir lentamente un pequeño trozo de algodón en la esquina donde se suele clavar. Esa mínima elevación evita que la uña siga penetrando en la piel al crecer.
“Puedes poner Betadine por si hay alguna pequeña herida”, añade Alonso, recordando la importancia de mantener la zona limpia y desinfectada, especialmente si ya hay molestias o inflamación.
La clave, según explica, es dejar el algodón hasta que se caiga por sí solo, lo que permite a la uña cambiar poco a poco su trayectoria y evitar que vuelva a encarnarse. No duele, no es invasivo y puede hacerse en casa con total seguridad.
Este tipo de técnica, conocida en podología como tutorización con algodón, es una medida preventiva recomendada especialmente cuando la uña aún no ha causado una infección grave o no requiere intervención quirúrgica. Es una forma de modificar el crecimiento progresivo de la lámina ungueal y permitir que la piel cicatrice sin presión constante.
Eso sí, si la uña encarnada ya ha producido pus, dolor agudo o enrojecimiento severo, lo mejor es acudir directamente al podólogo. El truco de Alonso funciona sobre todo en fases iniciales o cuando se quiere evitar que el problema se repita tras haberlo resuelto una vez.
Un gesto simple, rápido y sin coste que puede ahorrarte muchas visitas, incomodidades y hasta bisturíes. El algodón, como dice Alonso, no solo cura… también previene.