Eva Molero, psicóloga experta en ansiedad: “Aunque lo vemos como algo negativo, el aburrimiento es, en realidad, un espacio en blanco que se llena de todo aquello que tapamos con estímulos”

Salud Mental

La experiencia del aburrimiento varía según el estado emocional o la etapa vital que estemos atravesando

Eva Molero, psicóloga experta en ansiedad

Eva Molero, psicóloga experta en ansiedad

Mirar una pared en blanco, seguir con la vista el aleteo de una mosca o contar coches amarillos. Son actividades tan triviales como universales, que solemos realizar casi sin darnos cuenta cuando el aburrimiento se instala en nosotros. Las vacaciones de verano, con su inevitable pausa en la rutina, se convierten en el escenario perfecto para que estas pequeñas conductas afloren.

En una sociedad que valora la productividad constante, el aburrimiento suele percibirse como una amenaza: algo de lo que hay que escapar lo antes posible, buscando cualquier distracción que nos devuelva la sensación de “estar haciendo algo”. Sin embargo, cada vez más voces advierten sobre el valor de esos momentos vacíos, en los que la mente, libre de exigencias, puede finalmente divagar.

aburrimiento

Niño aburrido en casa

Getty Images/iStockphoto

Ante los días que se avecinan, marcados por la falta de obligaciones laborales y la necesidad de crear nuevas rutinas, la psicóloga experta en ansiedad Eva Molero lanza una advertencia: aburrirse no es un fallo del sistema, sino una parte esencial de sentirse vivos, aunque desde la infancia nos hayan enseñado lo contrario. “El aburrimiento, en realidad, es un espacio en blanco. Y como todo espacio vacío, puede llenarse de muchas cosas: inquietud, miedo, ansiedad, creatividad, calma, ideas”, señala la especialista.

Aburrirse no es un fallo del sistema.Es parte de estar viva, aunque nos lo hayan vendido como algo negativo

Eva Molero, psicóloga experta en ansiedad

Por esta razón, no siempre que nos aburrimos sentimos “la nada”. La experiencia del aburrimiento varía según el estado emocional o la etapa vital que estemos atravesando. Según la psicóloga, algunas personas reaccionan con inquietud, ansiedad o con esa voz interna que insiste en que deberíamos estar haciendo algo útil o productivo. En cambio, otras encuentran en esos espacios de pausa un terreno fértil para la creatividad y la inspiración. “Muchas de nuestras ideas nacen cuando descansamos”, subraya.

De hecho, la historia está repleta de ejemplos en los que la quietud dio paso al genio. Se dice que Isaac Newton formuló la ley de la gravedad después de observar cómo caía una manzana mientras descansaba bajo un árbol. Del mismo modo, Arquímedes hizo su célebre descubrimiento sobre el principio de flotación mientras se daba un baño, al notar que el agua se desplazaba al sumergirse. Fue tal su revelación que la leyenda dice que salió corriendo desnudo por las calles de Siracusa gritando “¡Eureka!”. Quizá el aburrimiento no sea el enemigo que creemos, sino la antesala silenciosa de nuestras mejores ideas.

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La psicóloga concluye que lo importante no es tanto lo que hacemos cuando nos aburrimos, sino lo que aparece en nosotros cuando el ritmo baja. “La reacción que tenemos nos da mucha información sobre nosotros mismos”, afirma. Por eso, aburrirse puede ser una gran oportunidad para detectar inquietudes o identificar emociones que antes habíamos pasado por alto.

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