Si alguna vez has sentido esa necesidad repentina de ingerir carbohidratos, como un plato de pasta, pizza o un trozo de pan, después de beber alcohol, es fundamental que sepas que no se trata de un simple capricho o antojo, sino de una cuestión bioquímica con base científica sólida. Un asunto que explicaba el médico y enfermero Jorge Martín en sus redes sociales.
A través de un vídeo publicado en su perfil de Instagram (@elmundodeunenfermedico), donde acumula más de 148 mil seguidores, el profesional de la salud explicaba por qué es tan habitual tener ganas de comer este tipo de alimentos después de beber alcohol.
''¿Por qué después de beber alcohol se te antojan alimentos como la pasta, la pizza o similares que son ricos en carbohidratos? En realidad no es tu estómago que tiene hambre, sino tu cerebro y la culpa de todo esto la tiene el alcohol'', comenzaba diciendo el enfermero. Según explicaba, cuando se consume una cantidad moderada o excesiva de alcohol, los niveles de glucosa en sangre pueden disminuir, provocando una respuesta inmediata del cerebro: ''Necesito energía''.
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Y una forma rápida de obtener este 'chute de energía', según Jorge Martín, es consumir alimentos ricos en carbohidratos, como la pasta, la pizza o el pan. ''Alimentos que contienen carbohidratos rápidos de digerir'', aclaraba el especialista. Para prevenir que esto suceda, lo esencial es evitar el consumo de alcohol. ''Si consumes algo de alcohol que sea moderado y a poder ser come algo antes de ingerirlo porque tu cuerpo te lo va a agradecer'', dejaba claro.
Pizza
Además, cuando consumimos bebidas alcohólicas, el hígado tiene una misión: eliminar el alcohol del cuerpo. Se enfoca principalmente en metabolizar y eliminar el etanol del cuerpo, pues lo considera una sustancia tóxica. Sin embargo, este proceso tiene un efecto secundario: detiene temporalmente la producción de glucosa.
''El alcohol se elimina a través del hígado, y en este proceso deja de fabricar glucosa, lo que hace que disminuyan los niveles de azúcares en sangre y aumente la sensación de hambre horas después'', explica la nutricionista Ana Molina. Por si esto no fuera suficiente, el alcohol también deshidrata y aumenta las ganas de orinar. ''Esto puede crear un inicio de hipoglucemia, que desequilibra el nivel de glucosa en sangre en nuestro organismo y hace que perdamos minerales, azúcares y sal'', señalaba la dietista Montse Folch.