Si sientes ansiedad sin motivo aparente, tienes antojo de dulces, hambre emocional sin razón, hinchazón o molestias digestivos, es posible que no se trate solo de un episodio de ansiedad, sino de un problema en tu microbiota. Así lo explicaba recientemente la psicóloga Elena Garrido en sus redes sociales.
A través de un vídeo publicado en su perfil de Instagram, donde acumula más de 90 mil seguidores, la experta en nutrición explicaba que hay detrás de estas molestias que padecen miles de personas cada día. ''Nos han hecho creer que la ansiedad es solo mental, pero tu microbiota controla más tu cerebro de lo que te imaginas'', comenzaba diciendo.
Según la experta, todos los problemas anteriormente mencionados no tienen su origen únicamente en el cerebro, sino también en el intestino. ''Tu cerebro y tu intestino están conectado de múltiples formas, como el nervio vago, el sistema nervioso, el riesgo sanguíneo. Su conexión es como una autopista de señales. El 90% de la serotonina, que es un neurotransmisor de la calma, se produce en el intestino, no en el cerebro'', explicaba.
Eso sí, la experta señalaba que eso no quiere decir que toda la serotonina esté en el intestino. ''Debe producirse y llegar al cerebro. Si tenemos una acumulación de serotonina en el cerebro tendremos diarrea. Cuando hay disbiosis intestinal, es decir, que hay desequilibrio de los microorganismos, entre ellas las bacterias se pueden liberar toxinas inflamatorias, como los LPS'', recalcaba.
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Según aseguraba, estas toxinas activan el sistema inmunitario y alteran la señalización del nervio vago, lo que provoca una señal de peligro al cerebro. ''Y el resultado de esto es ansiedad, pensamiento acelerado y antojos de azúcar'', advertía.
Para poner solución a este problema, la experta revelaba los mejores trucos, como la curcumina y el butirato. ''Bloquean la inflamación intestinal que causan las toxinas inflamatorias bacterianas, como los LPS'', aseguraba. Otras de las soluciones es romper biofilms bacterianos. ''Con N-acetilcisteína y enzimas digestivas fuera de las comidas'', contaba. La experta también hacía referencia a la exposición al frío y al ayuno intermitente. ''Restauran la microbiota y reducen la inflamación'', afirmaba. Por último, la nutricionista recordaba que son consejos generales y que cada persona necesitaría personalizarlos para solucionar su problema de raíz.

