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Eduard Estivill, médico del sueño: “Calentar los pies antes de acostarte o ponerse calcetines ayuda a redistribuir el calor corporal y facilita conciliar el sueño más rápido”

BIENESTAR 

Tal y como explica el experto en sueño, la forma en que el cuerpo se prepara para dormir implica una redistribución del calor

EDUARD ESTIVILL,

Mané Espinosa

Dormir no es solo acostarse y cerrar los ojos. Detrás de un buen descanso hay toda una coreografía fisiológica que, cuando falta, nos condena a dar vueltas a la cama y no descansar. Entre los factores quizá menos conocidos y más importantes para conciliar el sueño está la regulación de la temperatura corporal. Eduard Estivill, 76 años, médico del sueño y uno de los divulgadores más conocidos en este ámbito, explica por qué calentar los pies puede marcar la diferencia entre dormir plácidamente o pasar horas despierto. 

“La temperatura también es importante, nuestro cuerpo baja la temperatura para poder dormirse”, explica Estivill. El proceso no es simplemente enfriar el cuerpo como si fuera un motor. Es más sofisticado: “El cerebro tiene una temperatura determinada, y esta temperatura se pierde, es decir, baja un poco para poder dormirnos. Esta temperatura no se pierde, no se va por ahí, sino que pasa a otras estructuras de nuestro cuerpo, sobre todo las más distales que llamamos, manos y pies, por ejemplo”.

Dormir con calcetines

Getty Images/iStockphoto

En otras palabras, la forma en que el cuerpo se prepara para dormir implica redistribuir el calor. Si tus pies están fríos, esa transferencia no se ha completado. Por eso tanta gente se queja de que no logra dormirse hasta que los tiene calientes. “La persona que va a la cama y no ha hecho este descenso de la temperatura, es decir, su temperatura no ha bajado, es una persona que tiene los pies fríos. Cuánta gente que ahora nos escuche dirá: es verdad, tengo los pies fríos, y hasta que no se calientan los pies, que quiere decir que el cerebro ha desconectado y ha empezado a bajar la temperatura y ha pasado a los pies, la persona no se duerme”.

“Desde siempre, la cultura popular ha utilizado métodos para calentar los pies, para ayudar a calentar los pies. Muy antiguos había aquellos frailes que ponían las botellas de agua caliente, y mucha gente se va a la cama con calcetines”, cuenta Estivill. Y parce que ponerse calcetines es un truco infalible, ya que con los pies fríos cuesta mucho más dormirse y, en cambio, con calcetines, la temperatura corporal se regula más rápido. 

Pero hay que tener en cuentta algo importante: esos remedios no son mágicos ni sirven para toda la noche. “A esta gente le pasa que al cabo de una hora se despierta y se saca los calcetines o saca la pierna de la sábana para regular su calor, sobre todo se saca los calcetines porque sientes demasiado calor. Está bien para un primer momento, pero después...”.

Dormir con calcetines

Getty Images/iStockphoto

Estivill no es el único que lo explica. La ciencia también lo respalda. Un estudio publicado en Sleep Medicine Reviews (Krauchi et al., 2018) explica que la vasodilatación periférica, también conocido como el aumento del flujo sanguíneo en manos y pies, es esencial para iniciar el sueño. Al calentar los pies, facilitamos que el cuerpo libere calor hacia el entorno, reduciendo la temperatura central y favoreciendo el sueño profundo. Es decir, unos pies calientes ayudan a que la mente se apague.

Así que la próxima vez que no puedas dormirte porque tienes los pies fríos, piensa que es por estar interrumpiendo un mecanismo esencial para el sueño. Unos calcetines suaves, una bolsa de agua caliente o incluso un baño tibio antes de acostarte pueden ser la diferencia entre una noche en vela y un descanso reparador. Al final, dormir no es cuestión de estar cansado ni de apagar luces o pantallas, es respetar la sabiduría del cuerpo, que sabe que tiene que soltar el calor del día.