Annette Herfkens, única superviviente del accidente aéreo del vuelo 474 de Vietnam Airlines en 1992: “Me quedé absorta en el presente, la realidad y la belleza”

Testimonios

La holandesa cuenta cómo no quería  atención por lo sucedido, pero decidió contar cómo era “morir” tras tenerlo todo

Annette Herfkens, la única superviviente del accidente aéreo del vuelo 474 de Vietnam Airlines en 1992, donde sobrevivió gravemente herida durante ocho días en la jungla vietnamita.

Annette Herfkens, la única superviviente del accidente aéreo del vuelo 474 de Vietnam Airlines en 1992, donde sobrevivió gravemente herida durante ocho días en la jungla vietnamita.

El sentido de la birra, con Ricardo Moya.

Annette Herfkens trabajaba directamente para Ana Patricia Botín en Banco Santander en 1992. Un puesto importante en el departamento de mercados emergentes, con un sueldo sustancioso y una vida personal cargada de ilusión con las miras puestas en su boda con su novio, al que estaba prometida. “Tenía todo”, reconoce la economista, de Países Bajos.

Todo cambió cuando tomó el vuelo 474 de Vietnam Airlines. El aparato se estrelló mientras se encontraba en aproximación al aeropuerto de Nha Trang el 14 de noviembre de 1992 durante el Ciclón Forrest. Annette fue la única superviviente de ese vuelo, donde viajaban otros 24 pasajeros y seis tripulantes, incluyendo la pareja de Annette, que perecieron.

Annette Herfkens, la única superviviente del accidente aéreo del vuelo 474 de Vietnam Airlines en 1992, donde sobrevivió gravemente herida durante ocho días en la jungla vietnamita.

Annette Herfkens, la única superviviente del accidente aéreo del vuelo 474 de Vietnam Airlines en 1992, donde sobrevivió gravemente herida durante ocho días en la jungla vietnamita.

El sentido de la birra, con Ricardo Moya.

Annette sobrevivió, pero su experiencia fue una especie de “muerte” a nivel personal. La mujer estuvo gravemente herida durante ocho días en la jungla vietnamita. “Cuando estaba en la jungla, tenía las manos vacías por primera vez en mi vida”, comienza.

Una experiencia que Annette asegura que ya percibió desde antes de hacer el viaje, al que no se quería ir. “Mi intuición nunca me falló, era una de las empleadas más rentables de Banco Santander”, bromea. “A mis colegas les decía que no quería ir. Cuando vi el avión, no quería subir. Mi novio me convenció, porque solo teníamos cinco días para vernos”, recuerda.

Annette Herfkens:

Annette Herfkens: “En todo momento traté de mantener el sentido del humor”.

El sentido de la birra, con Ricardo Moya.

El accidente pasó en solo un suspiro. “En un momento estás escuchando los motores del avión y en un segundo los sonidos de los grillos de la jungla”, recuerda. Annette cuenta cómo todavía estaba dentro de la cabina cuando todo ocurrió. “Tuve que apartar a un cadáver. Miré a la izquierda y estaba prometido, muerto. Debí de entrar en shock, porque lo siguiente que recuerdo es haber salido de la cabina”.

Una proeza, dado su estado. Annette tenía 12 fracturas en la cadera, dos más en las piernas, la mandíbula suelta y un pulmón colapsado. “Mi padre me dijo que tenía la cadera que parecía un pretzelNo debería haber salido… He tratado de hipnosis y todo para recordarlo, pero… Nada”, cuenta. “Había más gente viva en la montaña. Gente gritando y gimiendo”. Unas voces que se fueron apagando poco a poco, dejándola, como recuerda, “completamente sola”.

Annette tenía 12 fracturas en la cadera, dos más en las piernas, la mandíbula suelta y un pulmón colapsado

Annette se quedó sola en mitad de la jungla y quedó a merced de la naturaleza, esperando a que alguien acudiese a rescatarla. “Me puse en pánico. No podía moverme”, admite. Sin embargo, trató de calmar su mente. “Me quedé quieta y me puse a observar. También tuve que respirar conscientemente, por el pulmón colapsado. Gracias a eso pude controlar el pánico”.

Fue gracias a ello que descubrió que observar le reportaba otro regalo: belleza. “Mirando alrededor me llevó a valorar lo que tenía junto a mí. Nunca había entendido a la gente que decía que amaba la naturaleza. Aprendí a poner el foco. El sol, las hojas. Esto me ayudó a sobrevivir los primeros días”, cuenta.

La superviviente cuenta cómo esos días le sirvieron para analizar su vida en el pasado. “Traté de tomarme las cosas con sentido del humor. Reírse de uno mismo es la mejor medicina contra el ego”, dice.

Annette reconoce que no tuvo miedo. “La luna brillaba como en una película de Disney”, dice. Los siguientes días, tuvo que recordar no pensar en su prometido: “Si pensaba en él iba a llorar. No llorar era ponerme triste. Tenía que aceptar la realidad, como era. No pienses en él, fíjate en la belleza de la jungla”.

Annette Herfkens: “Mi pensamiento estaba en el presente. No me preocupaba de lo que no pasaba. Aceptaba la realidad”

Además, aprendió a vivir en el presente. “Me rendí y, por eso, la jungla me parecía más y más bonita. Fue una experiencia espiritual. Me dejé ir, no quedaba otra”, cuenta. “Mi pensamiento estaba en el presente. No me preocupaba de lo que no pasaba. Aceptaba la realidad. Había tigres, oía ruidos. Pero no había en ese momento, me preocuparía en el momento que llegara”.

Annette tuvo que vivir cómo los cadáveres del resto de los pasajeros se comenzaban a descomponer, por lo que tuvo que pensar en marcharse. No pasaban aviones, no se veía a nadie. El sexto día, creyó morir. “Estaba feliz de morirme. En mi estado de inconsciencia vi a un hombre de naranja. Me miró y se fue. Él me dejó volver a la Tierra. Yo estaba feliz”.

Annette volvió a reunirse con Cao Van Hanh, uno de los hombres que la rescató.

Annette volvió a reunirse con Cao Van Hanh, uno de los hombres que la rescató.

Turbulence/Facebook

Por fin, ocho largos días después, la rescataron. “Dos me mostraron un papel con la lista de pasajeros, señalé el mío. Me dieron un trago de agua que nunca voy a olvidar. Fue el mejor champán”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...