El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
A menudo, esta puede jugarnos malas pasadas y hacernos creer que estamos enfermos cuando no es el caso. Es lo que se conoce como hipocondría o hipocondriasis, “una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave” según define la Sociedad Española de Medicina Interna. Dicha cuestión también ha sido tratada en el podcast Zenvibes de Noelia Duarte.
Durante una entrevista con la psicóloga Sara Navarrete, la experta se encargó de marcar los puntos sobre las íes sobre esta situación. “Para nada, no estáis locas y creo que es algo que se os pon en el camino para que seamos mejores. Bueno, ¿Como yo puedo trascender esto? ¿Qué aprendizaje saco de aquí?”, reflexionaba, ante la pregunta de Duarte si podía ser cuestión de ‘estar loca’. Navarrete expuso las características principales de una persona hipocondriaca.
“Normalmente las personas que sufren hipocondría tienen de base una personalidad obsesiva. Hay detrás una personalidad muy especial. A mí me gusta mucho, ¿vale? Porque son personas muy capaces. Es decir, tiene una mente muy potente. Es una personalidad controladora, obsesiva. Nos gusta tenerlo todo controlado, nos gusta entender las cosas. No me vale que tú me lo digas. A ver, ¿Por qué?”, comentaba.
            La hipocondría es una enfermedad por la que el paciente cree —de forma infundada— que padece alguna enfermedad grave
Basta de forzar la máquina
“Para que las personas cambien tiene que haber un deseo profundo de cambio o una situación externa que haga que yo me tenga que adaptar. Yo no puedo cambiar porque mi pareja me dice que soy un hipocondríaco o una hipocondríaca y que tengo que ir al psicólogo. Eso no va a funcionar. Tengo que tener un deseo de cambio y darme cuenta de que esto me está impidiendo fluir con la vida y ser yo mismo”, insistía.
Otro aspecto que puede afectarnos en exceso es la autoexigencia, como reconocía la también psicóloga Alba Cardalda en El sentido de la birra: “Cuando empezamos a hacer algo no estamos preparados para hacerlo perfecto, estamos preparados para empezar de la manera que sea. Entonces, vamos postergando ese momento de empezar porque inconscientemente lo queremos hacer bien hecho, lo queremos hacer perfecto”.


