Lo que muchas personas identifican como puntos negros en la nariz no son en realidad comedones ni restos de suciedad, sino filamentos sebáceos, una estructura completamente natural del poro. Así lo explica el dermatólogo Álex Docampo en uno de sus vídeos de Instagram (@alex.docampo.dermatologo): “La mayoría de la gente se pone una tira en la nariz, la arranca y piensa que ya ha solucionado el problema. Pero en unos días los puntos están otra vez ahí y encima habrás dañado la capa de aceites naturales que protege tu piel”.
Dermatología clínica
Los poros de la nariz no necesitan tiras, sino una rutina constante y bien formulada
Los filamentos sebáceos se forman cuando el sebo —la grasa natural de la piel— se acumula y se oxida dentro del poro. Son especialmente visibles en la zona T del rostro y su aparición es más frecuente en pieles mixtas o grasas. No se pueden eliminar de forma definitiva, pero sí pueden controlarse con una rutina específica y constante que no agreda la barrera cutánea.
Docampo propone un enfoque basado en tres pasos. El primero es la exfoliación suave, tanto por la mañana como por la noche, para ayudar a eliminar las células muertas sin irritar la piel. El segundo consiste en incorporar ácidos exfoliantes, especialmente el ácido salicílico, que al tener afinidad por la grasa puede penetrar en el poro y disolver el sebo que lo llena. Finalmente, el paso clave: los retinoides. El dermatólogo recomienda comenzar con un retinol suave —por ejemplo, al 0,3 %— aplicándolo dos o tres noches a la semana, y aumentar la frecuencia conforme la piel se vaya adaptando. Esto favorece la renovación celular y previene que el poro vuelva a llenarse.
Este protocolo no solo reduce la visibilidad de los poros, sino que mejora notablemente la textura de la piel. “El resultado son poros más limpios, menos visibles y, sobre todo, una piel más sana”, concluye Docampo.
La ciencia detrás de los consejos
Álex Docampo alerta sobre los riesgos de arrancar los filamentos sebáceos con métodos agresivos
Los beneficios del ácido salicílico están respaldados por instituciones como la Cleveland Clinic, que destacan su capacidad para mantener los poros limpios al disolver el sebo acumulado. Estudios publicados en Biomedical Dermatology confirman su eficacia en pieles con tendencia a poros visibles o comedones, mientras que los retinoides tópicos, como la tretinoína o el retinol, siguen siendo una de las herramientas más fiables para prevenir la obstrucción folicular y mejorar la renovación de la epidermis.
La American Academy of Dermatology y fuentes especializadas como Verywell Health o Paula’s Choice EU coinciden en que las tiras limpiaporos son una solución estética temporal que, además, pueden dañar la piel o causar inflamaciones. No eliminan el origen del problema ni impiden que los filamentos reaparezcan.