¿Alguna vez has sentido un dolor agudo en los dientes al comer algo muy frío, como un helado o una bebida con hielo? Esa punzada intensa, casi eléctrica, que recorre tu boda sin previo aviso es una experiencia muy común, y a menudo se atribuye una “sensibilidad dental”. Pero, aunque separamos cómo se siente, pocos saben realmente por qué ocurre. Durante años se ha hablado de desgaste del esmalte, la retracción de las encías o las caries como causas principales.
Y aunque estos factores son reales, lo cierto es que la sensibilidad al frío podría tener un origen mucho más profundo... y más antiguo de lo que imaginamos. Tan antiguo como los primeros seres con columna vertebral que nadaban en los océanos hace cientos de millones de años. Un nuevo estudio científico ha puesto el foco en este tema desde una perspectiva completamente diferente: no solo clínica, sino evolutiva.
Porque entender por qué nuestros dientes reaccionan al frío implica mirar muy atrás en la historia de la vida en la Tierra. Y, sorprendentemente, todo apunta a un grupo de peces prehistóricos que desarrollaron estructuras sensoriales en su piel para detectar lo que ocurría a su alrededor.

Helado
“Lo que te da sensibilidad al comer un helado es en realidad el sensor externo en el cuerpo de un pez. Sí, como lo oyes, un estudio de Chicago ha descubierto que hace 500 millones de años existían unos peces prehistóricos que tenían unas estructuras en la piel que servían para detectar temperatura y vibraciones. Con el tiempo eso evolucionó y terminó dentro de nuestra boca. Así que cuando te duela un diente no culpes al helado porque la culpa la tiene un pez”, explica la odontóloga Janira Sánchez en un vídeo en sus redes sociales.
Pero más allá de la curiosa explicación, hay un sólido estudio detrás. En los últimos años, varios investigadores han comenzado a mirar la biología humana desde una perspectiva evolutiva y nuestros dientes no son la excepción. Lo que hoy sentimos como una molestia dental podría ser, en realidad, una función heredada de nuestros antepasados marinos.

Fotografía de cómo podría haber sido el pez por el cual sentimos hipersensibilidad dental
Un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago, liderado por la Dra. Yara Haridy y el profesor Neil Shubin, publicaron un estudio en la revista Nature con un hallazgo sorprendente: la sensibilidad dental que sentimos hoy, como ese dolor al comer helado, podría tener su origen en unos peces prehistóricos que vivieron hace más de 465 millones de años. Estos peces tenían en su piel unas pequeñas estructuras llamadas odontodos, formadas por dentina, el mismo tejido que tenemos en los dientes. Pero en su caso, esas estructuras accionaban como sensores para detectar temperatura, presión o vibraciones en el agua. Con el paso del tiempo, esos sensores evolucionaron y terminaron dentro de nuestra boca.
En el estudio, los científicos usaron escaneos 3D para analizar fósiles de peces muy antiguos, de hace unos 465 millones de años. Descubrieron que estos peces tenían pequeños canales con dentina, el mismo material que tenemos en nuestros dientes. Luego compararon esas estructuras con animales actuales como cangrejos, camarones y bagres, y vieron que eran muy parecidas a los sensores que todavía usamos hoy para sentir frío o presión en los dientes.