En el último episodio del podcast En defensa propia, la comunicadora Erika de la Vega entrevistó a la psiquiatra Marian Rojas Estapé y a la neuropsicóloga Carina Castro. En dicha conversación, las mujeres hablaron sobre la adolescencia y lo difícil que resulta para muchos padres acompañar a sus hijos en una etapa tan compleja.
Al finalizar el episodio, de la Vega compartió una publicación en su cuenta oficial de Instagram resumiendo algunas de las principales enseñanzas que dejaron las profesionales de la salud mental, con el objetivo de educar a sus seguidores y brindar herramientas para acompañar y apoyar a los adolescentes.
''El cerebro adolescente tiene una amígdala (la parte emocional) hiperactiva y una corteza prefrontal (razón y autocontrol) que aún no está desarrollada. Esto hace que prefieran sentir emoción y adrenalina antes que razonar'', explicó la autora de Encuentra tu persona vitamina en la charla, dejando claro que, ante este tipo de situaciones, los padres deben evitar reaccionar impulsivamente y ser pacientes y comprensivos.
En el post que publicó la presentadora, también se recoge que las psicólogas explicaron que la corteza prefrontal no termina de desarrollarse hasta los 25-30 años, por lo que los adolescentes están en una etapa sensible y vulnerable. Por este motivo, los progenitores o tutores deben enseñarles que las emociones son pasajeras, acompañarles sin juzgar y validar sus sentimientos.

Un adolescente jugando al ordenador.
Los adolescentes buscan emociones constantemente porque su circuito de recompensa (dopamina) está altamente activo, lo que los lleva a buscar estímulos a través de las redes sociales, los videojuegos y otros medios. Para regular estas conductas, es fundamental establecer límites claros en el uso de pantallas, fomentar actividades físicas o creativas y ayudarles a gestionar sus frustraciones.
''Tu rol como padre es acompañarlos en el desarrollo de su corteza prefrontal, convirtiéndote en su guía externa y ayudándolos a establecer límites sanos. Busca momentos sin presión para hablar sobre temas importantes como la sexualidad, las emociones o decisiones difíciles, sin contacto visual directo que los haga sentir juzgados'', escribió De la Vega en el post de la plataforma de color rosa, resumiendo las palabras de Estapé y Castro.
La experiencia personal influye
Tal como señalaron las expertas, la propia adolescencia de los padres puede influir en la manera en que se relacionan con sus hijos, ya que, sin darse cuenta, podrían repetir patrones o reaccionar desde heridas no sanadas. Por ello, es importante que reconozcan y cuestionen sus emociones al interactuar con los adolescentes, para observar si responden desde el adulto que son o desde el joven que fueron.