Aunque la mayoría de veces no siempre es al precio que se desea, las altas temperaturas obligan, casi por necesidad, a mantener la casa fresca.
El cardiólogo José Abellán, junto al doctor José Manuel Felices, han compartido una publicación en Instagram hablando sobre los efectos del ventilador y el aire acondicionado en el organismo.
“Tanto el ventilador como el aire acondicionado resecan el ambiente y eso también nos reseca a nosotros”, recordando que estar a gusto no siempre va de la mano con un buen descanso ni con un impacto neutro en la salud.
Según los expertos, dormir con una corriente de aire frío constante (ya sea de un ventilador o del aire acondicionado) puede tener consecuencias inesperadas.
“Un estudio japonés observó que un flujo de aire frío dirigido hacia personas dormidas aumenta los microdespertares, sube la frecuencia cardíaca y provoca más movimientos durante la noche”, señalaron.
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Además, el aire frío tensa los músculos y puede causar rigidez, contracturas o incluso cefaleas de tensión al contraer los vasos sanguíneos. Ambos sistemas de ventilación comparten un inconveniente clave: la deshidratación del entorno. El aire seco puede provocar molestias como garganta seca, ojos irritados o bajada de defensas al reducir la humedad de las mucosas.
En el caso del ventilador, además, “remueve polvo, polen y ácaros del ambiente”, lo que puede agravar alergias respiratorias, congestión nasal o tos nocturna.
Aire acondicionado
Por su parte, el aire acondicionado necesita un mantenimiento riguroso, ya que “los filtros sucios acumulan polvo, ácaros e incluso bacterias o virus”.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción? “No hay uno perfecto, ni uno que sea el enemigo. Ambos pueden ser aliados de tu descanso si sabes cómo usarlos”, detallaron. “Al final, no se trata solo de refrescar el cuerpo, sino de cuidar el corazón” concluyeron ambos especialistas.



