El verano no es solo una estación del año más, para muchos representa una época de reencuentro, descanso y cambio de rutina. Con el fin del ciclo escolar y el inicio del buen tiempo, muchas familias aprovechan para fortalecer los lazos afectivos y generar recuerdos valiosos. Sin embargo, aunque esta es una realidad, lo cierto es que este periodo llega acompañado de un cambio de rutina diaria que no siempre es recibido con buenas manos: la paciencia se pone a prueba en todos los miembros de la casa, al igual que la organización y el bienestar emocional.

El verano es una de las épocas más esperadas para las familias.
Durante estos tres meses, las dinámicas cambian radicalmente: las escuelas cierran, muchas actividades se suspenden o reducen su frecuencia y casi toda la responsabilidad del cuidado de los hijos recae por completo en los padres. Por una parte, es beneficioso para pasar más tiempo con los hijos, pero por otra, puede ser desafiante combinar el trabajo, las vacaciones y otras responsabilidades del hogar. Estas exigencias aumentan, sobre todo, si se vive lejos del entorno familiar.
Aceptar que no todos los días serán perfectos permite más flexibilidad, paciencia y compasión contigo mismo
Muchos psicólogos alertan sobre el estrés parental que pueden generar estas situaciones. El psicólogo Francisco Rivera, experto en psicoterapia infantil y de adolescentes, explica en La Vanguardia que esta situación es conocida como agotamiento parental.
“Cuando falta la seguridad básica, el apoyo o el espacio para desconectar, se activa un estado de hipervigilancia en muchos padres. Con el tiempo, esto puede provocar un agotamiento mental y físico, afectar la relación con los hijos e incluso aumentar el riesgo de ansiedad o depresión”, afirma. El estrés y la falta de apoyo familiar son dos factores que influyen considerablemente en el agotamiento parental, sobre todo en verano. Para enfrentar este escenario en estos meses más exigentes, el experto comparte una serie de recomendaciones.
Establecer rutinas realistas. La pérdida de una rutina estructurada genera inestabilidad, sobre todo en los niños, lo que a su vez aumenta el estrés en los adultos. Rivera recomienda establecer una rutina realista teniendo en cuenta la época y los horarios familiares. “Crea un ritmo diario flexible pero constante puede aportar seguridad y reducir la reactividad emocional”, señala.
El 62% presenta mayor riesgo de estrés estacional, por lo que el apoyo emocional es clave para una resiliencia duradera
Reserva momentos de descanso. Aunque pueda parecer difícil, los padres deben de encontrar momentos para priorizarse a sí mismos. “Con un 40% de padres afectados señalando la falta de apoyo como fuente de estrés, encontrar pequeños respiros puede ser un poderoso acto de cuidado”, afirma.
Libérate del perfeccionismo. Muchos padres sienten la presión de tener unas vacaciones perfectas. El aumento del uso de las redes sociales y la comparación con otros usuarios ha aumentado significativamente esta presión. Esto puede causar frustración, pero es importante mantener la calma. “Muchos padres sienten presión por 'hacer del verano algo mágico', lo que puede generar culpa. Aceptar que no todos los días serán perfectos permite más flexibilidad, paciencia y compasión contigo mismo”, explica.
Prioriza el bienestar emocional. Uno de los ejercicios que más recomienda Rivera es encontrar algún momento en familia para que cada uno pueda exponer cómo se siente. De esta forma, la comunicación será bidireccional. “Habla con tus hijos sobre cómo se sienten y haz lo mismo contigo. Nombrar las emociones alivia la presión interna y evita que el agobio se acumule en silencio”, dice.
Busca apoyo profesional si lo necesitas. En algunos casos, la comunicación interna no es suficiente y el acompañamiento de un profesional puede marcar una diferencia, sobre todo para aquellos padres que no cuentan con una red de apoyo. “Los padres sin redes de apoyo son especialmente vulnerables. El 62% presenta mayor riesgo de estrés estacional, por lo que el apoyo emocional es clave para una resiliencia duradera”, concluye.