La intolerancia a la lactosa es más frecuente de lo se suele pensar. Se trata de un problema que puede aparecer en distintas etapas de la vida, y aunque no es peligrosa, puede causar molestias digestivas. Para su correcta digestión, los seres humanos necesitamos una enzima llamada lactasa, que es la que la encargada de descomponer la lactosa en nuestro organismo.
Pero cuando el cuerpo no produce suficiente cantidad de esta enzima, la digestión de la lactosa no se lleva a cabo de forma adecuada, lo que puede dar lugar a molestias gastrointestinales, como hinchazón, gases, dolor abdominal o diarrea. Así lo explicaba la médica Sara Marín en una de sus últimas publicaciones.
'''Si te sienta mal la leche, no siempre es culpa de la lactosa. A veces puede ser porque te falta lactasa y proteína de la leche de vaca'', comenzaba diciendo un vídeo publicado en su perfil de Instagram. Tal y como explicaba la doctora, la lactosa es un azúcar formado por dos partes: glucosa y galactosa. ''Cuando llegan al intestino, no se pueden absorber si van juntas y para absorberse necesitan la enzima llamada lactasa que está en las paredes del intestino. Corta la lactosa para que pueda pasar'', afirmaba.
El problema es que la producción de la lactasa no es igual en todas las personas. ''De bebés casi todos tenemos mucha lactasa, pero con el paso de los años el gen que las produce se van perdiendo. Aunque otros tienen una mutación que les hace tenerlas toda la vida'', aclaraba. No tener suficiente lactasa en el organismo impide la absorción de la lactosa. ''Y pasa al intestino grueso, donde se fermenta, produciendo gases, malestar y diarrea'', aseguraba.

Una mujer con dolor de estómago toma un vaso de leche vegetal
Según Marín, lo especial de la leche sin lactosa es que lleva incorporada una especie de enzima de lactasa para que la lactosa venga ya cortada. ''Y si aún así esa leche te sienta mal puede ser por la proteína de la leche de vaca'', recalcaba. Se trata de un tipo de caseína que es muy diferente a la de nuestra propia leche.
''Y por eso la de cabra, que sí que se parece más a nuestra leche, puede sentarnos mejor. Pero como hay personas que tienen enzimas toda la vida y esa proteína de la vaca no les sienta mal, tienes que saber que la leche de vaca no es tu enemiga a menos que tu cuerpo lo diga'', dejaba claro.