El truco del 2-7-30, la fórmula para recordar el 90% de lo que leemos

Salud y bienestar

Según el neurocientífico Charan Ranganath estamos diseñados para olvidar

Mujer aburrida leyendo un libro

Una mayoría de la información se olvida poco después de haber sido aprendida 

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¿Tienes la impresión de que olvidas todo lo que lees, que incluso aquel libro que disfrutaste tanto el verano pasado también se te ha borrado de la memoria? Si es así, no estás solo intentando recuperar tu memoria…pasan tantas cosas y estamos sometidos a tantos estímulos diferentes que el cerebro está constantemente protegiéndonos y borrando todo lo superfluo para no terminar agotado.

Hoy venimos a revelar un truco que tiene más de 150 años y es un método eficaz para piratear el cerebro en ese proceso continuo de borrado continuo y casi mecánico de nuestra memoria reciente. Se llama la regla del 2-7-30 y te va a cambiar la vida.

Este truco tiene mucha neurociencia detrás y es el fruto de años de investigación de neurocientíficos de diferentes épocas para intentar determinar cómo recordamos, cómo aprendemos una vez que somos adultos y también por qué olvidamos unas cosas y otras no.

La repetición de forma espaciada garantiza que el cerebro cuide más esa información, la retenga y la recuerde

En el libro Why We Remember, un best seller de The New York Times, su autor Charan Ranganath explica muy bien cómo administra el cerebro sus fuerzas: “Aunque tendemos a pensar que podemos recordar cualquier cosa que queramos, lo cierto es que estamos diseñados para olvidar”, explica.

De modo natural el cerebro olvida las cosas que no percibe como importantes para dejar espacio a otra información que considera de mayor valor para la supervivencia que es, en última instancia su misión. “La memoria es esencialmente un proceso competitivo”, dice Ranganath.

Desde 1880 el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus descubrió la curva del olvido que representa el índice en que la información se olvida con el tiempo cuando no hay intención ni se hace nada para retenerla o recordarla. Según esta teoría, tras un acontecimiento los primeros días se retiene mucha información, pero tras pasar un mes solo recordamos entre un 20% y un 30% de lo ocurrido. A no ser que intentemos evitarlo.

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Los humanos son proclives a olvidar lo que acaban de aprender 

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El doctor Ebbinghaus realizó diversos experimentos consigo mismo y consiguió establecer un patrón: la mayoría del olvido llega poco tiempo después del aprendizaje o de la lectura, y la tasa de olvido se va reduciendo gradualmente con el tiempo.

La curva del olvido clásica tiene una pronunciada tendencia hacia abajo al principio, lo que indica que una gran parte de la información se olvida poco después de haber sido aprendida. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, la tasa del olvido se nivela, lo que sugiere que lo que se graba en la memoria suele persistir a largo plazo. Los estudios de Ebbinghaus también destacaron la importancia de los repasos, la repetición espaciada y el recuerdo activo para combatir los efectos de la curva del olvido.

Repetir parece ser nuestra única vía de escape al olvido, pero no repetir de cualquier manera sino hacerlo de una manera concreta que los neurocientíficos llaman spaced repetition (repetición espaciada). Repetir y recordar varias veces algo lo convierte en más importante para el cerebro que inmediatamente le dejará más espacio y ayudará a ese recuerdo a ganar la competencia del olvido. Es la fórmula que siguen los profesores cuando recomiendan repasar varias veces un tema antes de un examen en lugar de hacer una maratón el día anterior. La repetición de forma espaciada garantiza que el cerebro cuide más esa información, la retenga y la recuerde.

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La regla del 2-7-30 descubierta por Ebbinghaus parte de la idea básica de que al intentar aprender un material nuevo, intentemos repasarlo a los dos días, a los siete y al cabo de un mes. En ese orden: 2-7-30.

Estos intervalos se basan en la famosa curva del olvido y en la capacidad del cerebro para retener información. Por ejemplo, para aprender palabras nuevas en inglés, según este método, habría que hacer listas de vocabulario en español y luego ponerse a prueba traduciéndolas del inglés al cabo de dos, siete y 30 días consecutivamente.

Si se trata de recordar un libro el científico recomendaba escribir un breve texto de resumen y programar fechas de revisión a los dos días, a los siete y a los treinta. Por último, sugiere intentar escribir otro resumen sin consultar el primer texto para comprobar la fiabilidad de su regla. La regla del 2-7-30 tiene más de 150 años. Si quieres mejorar tu memoria fíate de los clásicos.

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