La memoria falla, las neuronas mueren y la mente se desboca cuando el cuerpo lleva demasiado tiempo sometido a estrés. Así lo advierte la neuropsicóloga y divulgadora Begoña del Campo Zafra, quien explica que el sistema límbico —el encargado de procesar nuestras emociones— consume gran parte del oxígeno cuando estamos bajo presión, dejando sin recursos suficientes al córtex, la parte más racional del cerebro. Resultado: el deterioro cognitivo empieza a hacerse notar.
“Cuando el organismo se ha sometido a muchísimo estrés, falla la memoria, mueren neuronas”, explica la especialista en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram (@bego_psicologia), donde desglosa con lenguaje claro y directo los mecanismos por los que el estrés mantenido en el tiempo puede dañar estructuras clave para la memoria como el hipocampo.
Respirar para pensar mejor
La técnica de la respiración cuadrada permite entrenar al cerebro y reducir el deterioro cognitivo vinculado al estrés
Para Begoña del Campo, la mente es como un caballo salvaje: poderosa, rápida, pero también impredecible si no se le pone freno. “La mente es como un caballo, las riendas la respiración y el jinete tu nivel de conciencia. Si se desboca, respira. Dale coherencia con respiración”, aconseja.
Ahí es donde entra en juego la coherencia cardíaca, un concepto que relaciona directamente la respiración con el estado emocional y cognitivo. El objetivo es entrenar al cuerpo para que el corazón y el cerebro trabajen en sintonía, generando lo que se conoce como ondas alfa, relacionadas con la calma, la concentración y la capacidad de aprendizaje.
“El corazón tiene un 90 % de vías aferentes al cerebro, y cuando entra en coherencia le manda un mensaje claro: está todo bien. Puedes crear”, resume.
¿Cómo se consigue?
Con solo 5 minutos al día
La técnica que propone es tan sencilla como poderosa: la respiración cuadrada. Consiste en inspirar durante 4 segundos, retener el aire otros 4, espirar 4 más y volver a retener durante 4 segundos. Ese patrón constante, realizado de forma consciente durante apenas cinco minutos al día, es suficiente para activar la coherencia cardíaca y, con ella, mejorar el equilibrio emocional y el rendimiento mental.
“El cerebro no sabe cuándo vamos a respirar. No llevamos un patrón exacto a no ser que lo hagamos adrede. Por eso funciona: porque lo entrenamos”, explica la neuropsicóloga.
Este tipo de ejercicios, según Begoña del Campo, no solo ayudan a recuperar la calma en momentos de ansiedad, sino que estimulan la creación de nuevas células en el hipocampo, mejorando el funcionamiento de la memoria y protegiendo el sistema nervioso frente al desgaste crónico.
La experta subraya que el estrés, en sí mismo, no es negativo. De hecho, es una respuesta natural del organismo que nos permite adaptarnos al entorno y responder ante amenazas. El problema surge cuando esa activación se mantiene durante demasiado tiempo, provocando un desgaste invisible que termina por bloquear la creatividad, alterar la memoria y deteriorar el bienestar emocional.
El estrés es una respuesta maravillosa del organismo, pero hay que saber desconectarlo”
Con este enfoque, Begoña del Campo no solo propone un método de autocuidado, sino una herramienta científica y accesible para reconectar cuerpo, mente y emociones. Porque, como ella misma resume: “la mente es un caballo, pero tú tienes las riendas”. Y a veces, basta con respirar.

