En un mundo que parece obsesionado con el control, con tener respuestas para todo y soluciones inmediatas a cada problema, hay una frase que muchos repiten con resignación o simplemente como una forma de soltar lo que no pueden cambiar: “es lo que hay”. La escuchamos en la calle, en el trabajo, en casa o incluso la decimos nosotros mismos muchas veces.
Cada vez son más las personas que están adoptando esta expresión como una especie de filosofía de vida. Para algunos, puede sonar a derrota, pero para otros, se entiende como una aceptación a aquello que no podemos cambiar, y lo cierto es que detrás de esas simples tres palabras podría esconderse una actitud poderosa o incluso peligrosa, dependiendo de cómo se mire.
En los últimos tiempos, el crecimiento y el desarrollo personal están más a la orden del día que nunca, y son muchos los expertos que destacan a través de sus redes sociales los beneficios de pensar en positivo y enfrentar lo que viene, sin miramientos. Jordi Segués es uno de ellos, y sus consejos son muy escuchados, ya que es uno de los mayores y más acertados expertos en este campo, pues cuenta con casi 3 millones de seguidores en su cuenta de Tiktok.
La gente que domina el arte de aceptar es mucho más fuerte de lo que parece
En uno de sus últimos vídeos, Jordi Segués asegura que, “si conoces a alguien que repite constantemente la frase ‘es lo que hay’, cuidado, porque es peligroso”. Para él, esta frase no es una señal de resignación, sino una poderosa herramienta de aceptación consciente. El experto cree que aceptar la realidad como es representa el primer paso hacia la libertad emocional y el crecimiento personal y, por eso, quien domina esta filosofía puede ser emocionalmente muy fuerte, incluso peligroso para quienes intentan manipularlo:
“Estas personas no se enganchan al drama, si les amenazas con irte, te abrirán la puerta sin resistencia, si les preguntas cómo están, simplemente te dirán ‘es lo que hay’, no te perseguirán, no suplicarán y no discutirán, pues han hecho las paces con la idea de que la vida sigue, pase lo que pase”, explica.
Jordi describe a este tipo de personas como resilientes, serenas, no dependientes emocionalmente de otros y con una gran claridad interna. Aún y así, aclara que sí tienen sentimientos, pero no permiten que esos sentimientos controlen su comportamiento. Aceptan lo que sienten, lo que pasa, y siguen adelante, lo que los convierte en personas “peligrosas”.

Este tipo de personas aceptan cualquier problema con una actitud positiva y sin darle vueltas de más
Esta frase es tan potente que incluso el propio Jordi asegura que él la utiliza diariamente, especialmente cuando las cosas no salen como espera. Aun así, aclara que no se trata de rendirse o de caer en la pasividad, como muchas personas lo interpretan, sino de mirar la realidad de frente, sin negarla ni disfrazarla. Así, la vida es mucho más fácil y todo se ve de manera distinta.