Comer no solo es un hábito fundamental para sobrevivir y mantener una buena salud, sino que es también representa uno de los mayores placeres del ser humano. Hoy en día, la conciencia sobre el bienestar está extendida, por lo que no solo se trata de comer para satisfacer el hambre, sino de elegir alimentos que aporten nutrientes esenciales para un buen equilibro de nuestro organismo. En este contexto, las frutas y las verduras juegan un papel muy importante, ya que concentran vitaminas y minerales esenciales para nuestro cuerpo.

El albedo contiene fibra.
Por ejemplo, la mandarina es uno de los alimentos que ocupa un lugar destacado en la mesa de muchos hogares: su sabor cítrico y su aroma particular la convierten en una de las frutas más destacadas en temporadas como el otoño y el invierno. Además, es un alimento muy fácil de pelar y no requiere de utensilios, lo que la hace ideal para acompañar las comidas fuera de casa.
Existe un hábito muy extendido al comer mandarinas y es la de retirar los hilos blancos que recubren la pulpa, pensando que son residuos. Algunos lo hacen por desconocimiento, otros por la textura. Sin embargo, la doctora María Muñoz, especialista en aparato digestivo, recientemente ha explicado a través de sus redes sociales que esta práctica, en realidad, nos lleva a desechar una parte muy valiosa de la fruta.
Reduce la oxidación, sirve como reserva nutritiva para el desarrollo del fruto y lo defiende de la radiación solar
Estos filamentos son conocidos como albedo y van más allá de ser una simple capa que recubre la mandarina. “Ese hilito que tiras se llama albedo y es más importante de lo que crees. No está ahí por casualidad, es una defensa natural de la fruta: protege la pulpa frente a insectos y microorganismos, reduce la oxidación, sirve como reserva nutritiva para el desarrollo del fruto y lo defiende de la radiación solar”, afirma.
Además, lo más curioso es que el albedo también aporta beneficios directos a quienes lo consumen: “Es rico en pectina, una fibra que ralentiza la absorción del azúcar. También contiene vitamina C y flavonoides que refuerzan tu sistema inmune, cuidan tu piel y tus vasos sanguíneos. Aportan minerales esenciales como el potasio y el magnesio”, añade.
La combinación de vitamina C, fibra y minerales convierte el albedo en un aliado para ralentizar el envejecimiento celular, así como también fortaleciendo la piel y los vasos sanguíneos. Por el simple hecho de comer los hilos, es una forma de aumentar la ingesta diaria de fibra y de micronutrientes, aprovechando al máximo los beneficios que proporciona la mandarina.
Estos beneficios han sido respaldados por numerosas investigaciones científicas. Uno de ellos es el estudio Water-based extraction of pectin from flavedo and albedo of orange peels, publicado en 2006 en la revista Chemical Engineerin Journal. Este estudio demostró que el albedo, no solo sirve para unir los gajos, sino que presenta antioxidantes y fibra soluble. Además, encontraron que la mayor concentración de pectina se encuentra en el albedo.