En muchas familias, los padres ejercen una presión sobre los hijos que puede pasarles factura. Esta presión puede manifestarse de múltiples formas y no siempre se ejerce de manera consciente, lo que complica aún más la situación. En muchos casos, los tutores tienen grandes expectativas académicas, deportivas o sociales sobre sus hijos, por lo que los tratan siempre desde la exigencia, la comparación o la dinámica de premios y castigos. Esto puede provocarles estrés, ansiedad y sentimientos de insuficiencia.
Aunque esta presión suele estar motivada por las ganas de ver al hijo triunfar, los progenitores a veces no se detienen a pensar en cómo impactan sus palabras y cómo afectan al bienestar emocional de los más pequeños.

Padre e hijo discutiendo
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, la psicóloga Marta Panizo abordó este tema y sorprendió a sus seguidores con una profunda reflexión. La terapeuta, que últimamente habla mucho sobre migración y duelo en sus redes sociales, explicó que todos tenemos derecho a decepcionar a nuestros padres y a convertirnos en una versión diferente a la que ellos esperaban, ya que sus expectativas les pertenecen a ellos, no a nosotros.
''Decepcionar a tus padres no significa que no los quieras o que no valores lo que han hecho por ti. Significa que estás tomando decisiones alineadas con lo que eres, lo que necesitas y lo que deseas para tu propio camino, incluso si eso rompe con la imagen que ellos tenían. En otras palabras: su decepción no es necesariamente tu fracaso, es solo una señal de que estás eligiendo ser tú misma y no la versión que ellos esperaban'', expresó la especialista.
Tal como explicó la experta, todos tenemos derecho a equivocarnos, fallar y descubrir por nosotros mismos cómo queremos navegar por el mundo, qué decisiones queremos tomar y qué tipo de vida queremos elegir.
Vivir tu propia vida
A modo de conclusión, Panizo aclaró a sus seguidores que nadie, ni siquiera sus padres, deberían interponerse entre ellos y sus sueños, ya que ellos son los dueños de su destino y no necesitan ningún tipo de aprobación externa.
''Tienes derecho a cambiar: de sueños, de ideas, de ambiente, de trabajo, de ciudad. Tienes derecho a construir una vida que se sienta tuya y que te haga sentir satisfecha, aunque esta vida no se vea como la que tus padres, tu familia o la sociedad había planeado para ti'', sentenció la psicoterapeuta en una de las infografías que compartió.