La infancia es esa etapa clave en la construcción del carácter, y unos de los años más delicados, pero fundamentales, en el desarrollo emocional de un niño para que tenga la capacidad para formar relaciones sanas y significativas. En un mundo cada vez más acelerado, donde las redes sociales distorsionan el sentido de la conexión humana, “enseñar a nuestros hijos a construir buenas amistades se vuelve una tarea imprescindible para padres y educadores”.
Javier de Haro, psicólogo y divulgador especializado en infancia y adolescencia, ha compartido una reflexión sobre la importancia de preparar a los hijos para relacionarse de manera sana con los demás, especialmente con todo lo relacionado con la amistad. Para él, estas lecciones no solo sirven para prevenir relaciones tóxicas, sino para “fomentar vínculos genuinos que aporten bienestar y crecimiento” a lo largo de la vida.
“¿Quieres que el día de mañana tu hijo tenga buenos amigos? Pues enséñale estas cinco lecciones, pero sobre todo las dos últimas”. La primera se basa en entender que los amigos no compiten contigo, ellos deben celebrar tus éxitos y alegrarse si te va bien.

Niños jugando
Es una verdad simple, pero poderosa. En una sociedad donde a veces se promueve la comparación y la competencia, es importante que los niños aprendan desde pequeños que un amigo auténtico es aquel que se alegra por sus logros, en lugar de sentirse amenazado por ellos. “Segunda, no necesitas tener un millón de amigos, no es la cantidad, es la calidad, es cómo te hacen sentir”. Aquí Javier recuerda que la amistad no se mide por números. En la era de los “me gusta” y los seguidores, esta enseñanza es más importante que nunca: lo relevante no es cuántas personas tienes a tu alrededor, sino cómo te hacen sentir.
“Tercera, en muchos casos la amistad son ciclos, no duran siempre y aunque pueda dar mucha pena hay que saber decir adiós para que haya nuevas bienvenidas”. Aceptar que algunas amistades tienen fecha de caducidad también forma parte del crecimiento. No todas las relaciones están hechas para durar toda la vida, y eso no tiene por qué ser algo negativo. Saber cerrar ciclos es parte de una madurez emocional muy positiva.
“Cuarto, con muchas personas compartirás risas, pero sabrás que es un buen amigo si te dice la verdad aunque sea difícil, si se preocupa por ti y si no te deja de lado cuando más lo necesitas”. Más allá de la diversión y los buenos momentos, la verdad amistad se demuestra en los momentos complicados. Este punto ayuda a los niños a identificar quién está de verdad a su lado y quién por convenencia.
“Y quinta, para mí la más importante, si para estar con ellos tienes que perder tu esencia, tienes que cambiar tu forma de ser o dejar de ser tú, ni es tu sitio, ni son tus amigos”. Esta última idea habla de enseñar a los niños que no deben sacrificar su identidad para ser aceptados.
Pero Javier va más allá: “Y por supuesto cuando se lo expliques siempre, siempre, siempre déjale claro que a partir de los 9/10 años las amistades empiezan a ser diferentes. Más profundas, más elaboradas… más complejas. Eso no quiere decir que antes no puedan tener amigos, todo lo contrario. De hecho, hay personas que 40 años después cuentan entre sus mejores amigos con personas que conocieron en la etapa de infantil… ¿te imaginas?”.

Niños jugando
En cambio, los niños, a medida que crecen, necesitan que los padres o adultos estén más presentes en su vida. “Pero a partir de esa edad, a partir de 3º/4º de primaria, es importante que les vayamos enseñando estas 5 lecciones porque muchas veces puede pasar que cambian su forma de ser para encajar, que valoran la amistad como el número de amigos que califican como sus amigos, o, precisamente, que llaman amigos a otros niños que realmente no lo son”.
Y por encima de todo, de Haro deja claro algo que los niños deben saber. “En todo caso, algo que sí o sí debemos hacer cuando les enseñamos esto es dejarles claro que nosotros SIEMPRE ESTAREMOS ahí para escucharle, para apoyarle, para darle consejo o para protegerle, si lo necesita. Siempre. Y para que entienda eso, es importante que lo fomentemos desde pequeños. Que haya comunicación, confianza, respeto y tiempo juntos”.
En definitiva, las palabras del psicólogo no son solo una guía para los padres, también son un espejo para todos. ¿Qué tipo de amigos somos? ¿Qué estamos enseñando? La amistad, como cualquier otra relación, necesita cuidado, honestidad y coherencia.