La neurocientífica Ana Ibáñez ha vuelto a sorprender a sus seguidores con una reflexión relacionada con una habilidad del cerebro poco conocida y que tiene innumerables beneficios para nuestro bienestar físico y emocional. ''Hoy voy a hablar de una habilitad cerebral que me encanta y la uso mucho. Se trata de la capacidad que tenemos para enfocarnos y desenfocarnos'', comenzaba diciendo en su perfil de Instagram.
Lejos de lo que muchos puedan pensar, el desenfoque del que habla la experta no está relacionado con el hecho de dejar de tener el control sobre nuestra atención. ''Esto es algo muy distinto. El juego del que os hablo es de cómo podemos cambiar la mirada y enfocarnos en algo y luego voluntariamente podemos desenfocarnos para tener una mirada más amplia del mundo'', aseguraba.
Según la experta, desenfocarse voluntariamente de algo ayudará a utilizar otras áreas cerebrales. ''Y así dejamos que entre más información de la que tenemos guardada en nuestro subconsciente y navegar mucho más en un mundo de ideas y de inspiración, de cosas que no tengan un final que puedas prever'', afirmaba.
Y ese es precisamente el objetivo de ese desenfoque, dejarse llevar por ideas que no son de ''sentido común''. ''Ahora que estamos volviendo de vacaciones es un momento ideal para pensar en cómo te enfocas y te desenfocas porque muchas veces lo que haces es disfrutar mucho de las vacaciones y pensar en propósitos de cambio, pero coges el primer día de trabajo exactamente igual que lo dejaste. Sigues siendo la misma persona con la misma rutina y te vuelves a enfocar en la misma manera de hacer las cosas'', recalcaba.

La soledad no deseada ejerce un impacto negativo en el bienestar y la salud emocional de las personas, sobre todo en Navidad.
Por este motivo, la neurocientífica recomendaba dejarse llevar por el desenfoque. ''Qué tal si le pides a tu cerebro que no se vaya por lo seguro, donde te enfocas, donde ya sabes cómo acaba todo. Vete al desenfoque, prueba a hacer cambios'', señalaba. Para la experta, un ejercicio muy básico para poner en práctica este desenfoque es una lluvia de ideas.
''Para desenfocarnos lo que le viene bien a nuestro cerebro es dejarle que se sienta seguro dentro de la ilusión de pensar cosas nuevas y que eso no le genere sustos, sino que le genere motivación. Piensas en cosas un poco locas y no lo hagas desde el sentido común y luego desde esa idea que igual no la puedes llevar a cabo porque es demasiado loca, límpiala un poco para que sea lo suficientemente factible'', detallaba.