El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Las relaciones personales son las más complicadas de gestionar en este sentido, en especial cuando una de las dos partes no actúa igual que la otra. Un apunte que ha destacado la psicóloga y divulgadora Silvia Congost, quien comparte habitualmente sus conocimientos a través de las redes sociales. Mediante un vídeo publicado en TikTok e Instagram, la experta comentaba los cambios que se producen en el cerebro tras finalizar una relación traumática.
“Cuando tú has sufrido mucho en una relación de pareja que acabó en una depresión, probablemente con problemas graves de autoestima y a raíz de todo ese sufrimiento haces un proceso para recuperar tu autoestima y reconstruir tu vida. Aquí ocurren dos cosas. Por un lado, aprendes sobre todo esto que te ha pasado y que nadie te había enseñado. Y por otro lado, con ese aprendizaje aprendes, cambias”, comentaba.
“¿Qué significa? Por un lado te desvinculas de esa idea del amor romántico que todos tenemos. Eso que nos ocurre que cuando viene algo, se fija en nosotros, flirtea, nos dice cosas bonitas, empezamos a sentir los efectos de ese enamoramiento. Nos obsesionamos en esa persona, la idealizamos y ya quedamos ahí atrapados sin ver las señales que a veces nos indican que ahí no es. Entonces, ¿qué ocurre?”, cuestionaba.
Nuevo aprendizaje
“Tu cerebro, con ese cambio, ahora es capaz de detectar esas señales que le indican que tiene que ir en estado de alerta, esas señales que le indican que tal vez tiene que ir más despacio, que tiene que ir con cuidado. Y eso, en otras palabras, ¿qué significa? Que ya no vale cualquier persona. Te vuelves mucho más selectivo. Claro, el miedo que tienen muchas personas al sentir eso es ‘A ver si ahora no me va a gustar nadie’”, insistía.
“Pero ya les digo desde aquí que se olviden de ese miedo. Al contrario, lo que tienen es una gran suerte porque han evolucionado, han crecido y saben a quién quieren y saben de quién no quieren vincularse. Entonces, cuando encuentre la persona adecuada, lo sabrá. De momento, que disfrute de ese bienestar, de ese crecimiento y de esa paz que por fin ha logrado encontrar”, concluía.


