Todos conocemos a esa persona que nos inspira y nos hace creer que todo es posible, o esa relación que admiramos y que nos gustaría tener. Cuando fijamos una meta, solemos desear resultados rápidos, cambios visibles en poco tiempo y recompensas inmediatas por nuestro esfuerzo. Sin embargo, como recuerda Mel Robbins, reconocida coach y autora de bestsellers sobre desarrollo personal, el éxito rara vez llega de golpe ni depende de la suerte.
Antes de alcanzarlo, explica Robbins, es probable que fracasemos más de una vez. Y es en esos momentos, cuando nada parece avanzar, donde debemos luchar contra la tentación de abandonar. “Es fácil caer en el mal humor porque las cosas no suceden en tu propio calendario. Pero si lo haces, te detienes justo antes de que llegue la recompensa”, advierte la experta en uno de sus últimos vídeos publicados en sus redes sociales.

Éxito
Robbins destaca que la constancia es la clave. “Si sigues apareciendo, si sigues haciendo las repeticiones, si mantienes la cabeza baja y pones el trabajo día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, la vida eventualmente te recompensará”. Para Robbins, esto no es una frase motivacional vacía, sino una verdad respaldada por la experiencia de las personas que admiramos.
Si mantienes la cabeza baja y pones el trabajo día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, la vida eventualmente te recompensará
Detrás de cada artista, profesional o emprendedor exitoso hay una historia de frustraciones, dudas y obstáculos superados. Robbins afirma que la diferencia entre quienes logran sus metas y quienes se quedan en el camino es, en gran medida, que no se rindieron. Mantuvieron la calma en los momentos más difíciles, evitaron la negatividad y dieron un paso más, incluso sin motivación.
Esta perseverancia no solo acerca a los objetivos, sino que entrena el cerebro para desarrollar resistencia emocional y mental. Cada día en el que decidimos continuar estamos fortaleciendo nuestra disciplina y construyendo un hábito de superación.
Por ello, Robbins destaca que debemos tener presente de que algo que no haya sucedido aún no significa que nunca sucederá. Es simplemente una señal de que el proceso sigue en marcha.