Arthur Brooks, catedrático de Harvard: “Sacar el móvil cada vez que te aburres es la receta perfecta para la depresión, la ansiedad y una sensación constante de vacío”
Salud mental
El móvil se ha vuelto una extensión de nuestras manos. Lo usamos en todas partes, casi sin darnos cuenta, como si fuera la respuesta a cualquier silencio, a cualquier espera, a cualquier vacío
El catedrático Arthur Brooks
Hay momentos en los que parece que hacemos las cosas prácticamente por inercia. Nos levantamos, hacemos lo que toca, cumplimos con lo urgente… y volvemos a empezar cada día. Las jornadas se llenan de mucha actividad y dopamina, pero quedan vacías de presencia. En medio de todo ese ruido constante, y sobre todo de esas pantallas que siempre llevamos con nosotros y que nunca se apagan, algo en el fondo parece quedarse atrás: nosotros mismos.
Es precisamente por culpa de esas pantallas, por lo que hemos desarrollado un miedo que para nuestros abuelos e incluso padres era impensable: el miedo a aburrirse. Ya no sabemos estar esperando en cualquier lugar sin estar mirando el móvil o perdernos en nuestros propios pensamientos sin que una notificación nos asalte. Ahora, solo dejamos el móvil durante varias horas seguidas cuando dormimos, y aun así es lo primero que vemos antes de acostarnos y nada más levantarnos.
El problema de esto es que hemos normalizado actitudes que no son para nada positivas, y que son perjudiciales para nuestro descanso, salud e incluso para nuestra propia felicidad. El catedrático de Harvard, Arthur Brooks, ampliamente reconocido como uno de los referentes en la búsqueda de la felicidad y el sentido de la vida, asegura en una de sus últimas ponencias que esta falta de aburrimiento es una de las razones por las que hoy en día estamos viendo una explosión de depresión y ansiedad.
Si cada vez que te aburres un poco sacas el teléfono, cada vez te será más difícil encontrarle sentido a la vida
Según él, el gran problema es que la gente no sabe cuál es el significado y sentido de sus vidas, mucho menos que en generaciones anteriores, y tampoco se esfuerzan en buscarlo, precisamente porque hemos encontrado una forma de eliminar el aburrimiento: “¿Cómo? Con esa cosa que llevas en el bolso, con una pantalla — esa que sacas incluso cuando estás parado en la esquina esperando que el semáforo cambie. Es como si dijeras: ‘¿Qué? ¿Tengo que esperar 15 segundos?’”, explica.
El catedrático asegura que si cada vez que te aburres un poco sacas el teléfono, cada vez te será más difícil encontrarle sentido a la vida, y esa es la receta perfecta para la depresión, la ansiedad, y una sensación constante de vacío, que, según él, viene intrínseca con el teléfono móvil.
Usamos el móvil en cualquier situación con tal de no aburrirnos, y eso es un gran problema
Aunque entiende que es normal que nadie quiera aburrirse, pues estamos tan sobreestimulados que lo vemos como algo que nos hace perder el tiempo, Brooks asegura que es necesario hacerlo, y propone un ejercicio para ello: “Mañana, cuando vayas al gimnasio por la mañana después de despertar, no lleves tu teléfono. ¿Puedes hacerlo? Imagínate estar solo con tus propios pensamientos. Te prometo que es ahí donde surgen tus ideas más interesantes. Sin comunicarte con nadie. Ni siquiera pongas la radio”, afirma.
Según él, este es un ejercicio que empezó a realizar, al principio, durante tan solo 15 minutos al día, y ahora le ha cambiado la vida: “Primero, las cosas comunes de tu vida dejan de parecer tan aburridas. Si empiezas a disfrutar de lo cotidiano, no te aburrirás tanto con tu trabajo, ni con tus relaciones, ni con lo que pasa a tu alrededor. Pero lo más importante: empezarás a hacerte las preguntas más profundas sobre tu vida, sobre el propósito, sobre el sentido… y quién sabe, tal vez hasta te sientas hasta más feliz”, sentencia.