El estrés, la ansiedad y el agotamiento son cada vez más frecuentes debido a las vidas tan ajetreadas que llevamos hoy en día. En un país en el que el ritmo de vida es frenético, la sociedad no nos invita a parar, reflexionar y escucharnos a nosotros mismos. Por eso, en numerosas ocasiones acabamos saturados, y llegamos al fin de semana agotados, mientras las semanas pasan rápido y sentimos que no tenemos tiempo para nada. Así es como el estrés se ha convertido, en estas últimas décadas, en uno de los males universales.
La doctora Faith G. Harper conoce muy bien este fenómeno y lo expone en Unblank Your Stress. Como muchas personas no se detienen a analizarlo, ella lo ha hecho por nosotros, explicando cómo actúa realmente nuestro cuerpo bajo presión y cuál es la clave para transformar esa energía a nuestro favor y que no nos perjudique. Harper es capaz de conectar la ciencia con la vida cotidiana, acercando sus conocimientos más útiles en un lenguaje práctico y cercano. Además, es consejera, nutricionista y psicóloga, y su objetivo es que los lectores puedan gestionar aspectos importantes de la vida diaria moderna, como la ansiedad, la comunicación, el poner límites o el estrés.
Algo que va de la mano con el estrés es el poner límites. En su libro Respeta mis p*tos límites (2025), la autora sostiene que “son los pilares fundamentales de las relaciones. Definen nuestro comportamiento y rigen nuestras interacciones, nuestra manera cotidiana de expresar el consentimiento y el espacio donde se desarrollan nuestras relaciones y nuestras comunidades”. Su obra invita a reflexionar y a comenzar a marcar líneas rojas en lo que nos rodea y, sobre todo, a apagar el piloto automático de nuestra vida.
Pero para ello también profundiza en el tema del estrés y cómo actuamos bajo presión. “El estrés es una respuesta fisiológica: es lo que ocurre en nuestro cuerpo”, explica. “Lo confundimos con emociones como la preocupación o la frustración, pero en realidad es pura biología. Y cuando lo entendemos así, podemos abordarlo de otra manera”. La doctora Harper visitó el programa Afternoon Live, donde contaba que no se trata de eliminar el estrés de nuestra vida, sino de reinterpretarlo: “Nuestro cuerpo no es un enemigo, es una herramienta que nos prepara para enfrentar lo que nos importa. No es la fisiología el problema, sino cómo pensamos al respecto”.
Yo amo el yoga, pero mi hijo jamás lo haría; a él le funciona levantar pesas o boxear. No se trata de lo que prescribe un libro, sino de lo que te sostiene de verdad
El peso de las pequeñas cosas
Por lo general, solemos asociar el estrés a grandes crisis, pero Harper advierte del efecto acumulativo de lo cotidiano: “Las pequeñas tensiones diarias son las que más daño pueden hacer si no aprendemos a cuidarnos. Cuando alguien enfrenta un gran problema, recibe apoyo inmediato; en cambio, lo pequeño tiende a pasar desapercibido, y justamente ahí está el riesgo”.

Mujer relajada
Ese “cuidarse” no se trata de modas pasajeras, como vemos en redes sociales o en nuestras influencers favoritas. “Lo primero es reconocer que el cuerpo reacciona porque algo nos importa. Esa respuesta nos da energía. Pero el autocuidado no es solo yoga o té verde: cada persona tiene que identificar lo que de verdad le funciona. En mi caso, proteger mi sueño es fundamental”.
Autocuidado real, no cosmético
Harper insiste en que las claves para gestionar el estrés siguen siendo básicas, aunque muchas veces las olvidamos: “Comer bien, hacer ejercicio, dormir lo suficiente. Si no hago esas cosas, lo noto de inmediato”, cuenta desde su experiencia personal.
Pero también defiende que el autocuidado se adapta a cada persona, que no todos somos iguales y que es importante centrarse en uno mismo y saber qué necesitamos en cada momento: “Yo amo el yoga, pero mi hijo jamás lo haría; a él le funciona levantar pesas o boxear. No se trata de lo que prescribe un libro, sino de lo que te sostiene de verdad”. Además, no tiene por qué ser algo “agradable” al cuerpo: “El autocuidado no siempre significa un masaje o un facial. También es ordenar, limpiar, dormir a tiempo. Las partes menos divertidas son tan vitales como las otras”.
Cómo reaccionar ante los contratiempos cotidianos
Uno de los momentos más llamativos del libro es la metáfora del atasco: quedarse bloqueado en el tráfico puede desencadenar un torrente de pensamientos catastróficos… o no. “Existen técnicas metacognitivas que nos ayudan a observar lo que nuestro cerebro está haciendo”, señala Harper. “Si notamos nuestros pensamientos, podemos tomar distancia y elegir otra reacción. No siempre podemos cambiar la situación, pero sí cómo la interpretamos. Eso marca la diferencia”. Esto significa que, cuando comenzamos a ser conscientes de lo que pasa por nuestra cabeza, recuperamos el control.
Poner límites para vivir mejor
Además del estrés, Harper defiende que otra clave de salud mental es aprender a marcar barreras. En Respeta mis p*tos límites (2025) expone una guía clara para todas aquellas personas que sienten que sus necesidades siempre van detrás de las de los demás. “Sentirte segura entre desconocidos, en interacciones cotidianas y en las relaciones más cercanas depende de tu capacidad para definir líneas rojas”, asegura. Y añade: “No puedes controlar lo que hacen los demás, pero sí puedes controlar cómo comunicas tus necesidades para sentirte más libre que nunca”.
Faith G. Harper recuerda que gestionar el estrés y aprender a poner límites son dos cosas complementarias, que incluso podrían ir de la mano y traducirse en formas de recuperar la autonomía y vivir con más equilibrio.