Loading...

Alejandra Carrillo, experta en apego: “El apego ansioso puede desequilibrar una relación. Si uno ama y el otro depende, tarde o temprano, se genera desgaste y resentimiento”

Apego 

“El apego se siente como amor porque viene con intensidad, necesidad y dependencia. El amor real, en cambio, trae calma y libertad”, cuenta Carrillo

Alejandra Carrillo, psicóloga

Cedida

“Sin ti me muero”, “sin ti no soy nada”, “mi media naranja”. Son muchas de las frases que hemos escuchado alguna vez y que forman parte del imaginario romántico universal. Se trata de frases intensas que esconden detrás dependencia. Además, crecimos creyendo que amar era necesitar al otro para sentirnos completos, y por eso, en numerosas ocasiones, todavía confundimos apego con amor. Lo primero viene con vértigo, celos y miedo a perder y lo segundo con calma, respeto y libertad.

De este hecho habla la psicóloga clínica y coach Alejandra Carrillo, especialista en autoestima y superación personal con enfoque en Terapia Breve Centrada en Soluciones. La experta expone que el filtro siempre es el amor propio: la brújula que indica si quedarse o irse. Todo esto, y cómo transformar el apego en amor verdadero, lo resuelve en una entrevista para La Vanguardia.

Lee también

Doctora Faith G. Harper, terapeuta y coach de vida: “El estrés de las pequeñas cosas cotidianas puede ser tan dañino como un gran problema si no aprendemos a cuidarnos”

Judit González Pernías

¿Qué es lo primero que se suele confundir entre amor y apego?

El apego se siente como amor porque viene con intensidad, necesidad y dependencia. El amor real, en cambio, trae calma y libertad. Nos cuesta separarlos porque crecimos creyendo que amar es necesitar al otro para sentirnos completos.

¿Cree que el apego puede disfrazarse de amor durante años sin que la persona lo note?

Sí, totalmente. El apego puede durar años disfrazado de “amor eterno” . Las señales son: miedo constante a perder al otro, celos disfrazados de cuidado, o esa sensación de que “sin él o ella no valgo lo mismo” .

En la cultura actual, que glorifica la intensidad y la inmediatez, ¿cree que se premia más el apego que el amor real?

Sí. Hoy se celebra la intensidad, los dramas, los “sin ti me muero” . Eso llama la atención más que una relación estable, madura y tranquila. Pero la calma del amor real casi nunca se aplaude… aunque es lo único que realmente construye.

¿Puede una relación basada en el apego transformarse en amor verdadero?

Se puede transformar, pero requiere conciencia y mucho trabajo personal. Si ambos deciden sanar su miedo a la soledad y aprender a amarse primero, ese vínculo puede evolucionar a un amor más sano.

Cuando alguien dice “sin ti no soy nada” , ¿hay en el fondo un romanticismo dañino que seguimos normalizando?

Sí. Es un romanticismo que suena bonito, pero es tóxico. Porque el amor nunca debería anularnos; debería potenciarnos. El verdadero “te amo” significa “soy alguien contigo, pero también soy alguien sin ti” .

¿Cómo identificar si lo que nos une a alguien es crecimiento compartido o simplemente miedo a la soledad?

Pregúntate: ¿me siento más libre y más yo misma en esta relación? Si la respuesta es sí, probablemente hay amor. Si lo que predomina es miedo a quedarme sola, ahí hay apego.

Mujer pensativa

Getty Images

El apego suele ir ligado a la necesidad de control. ¿Qué nos revela sobre nosotros mismos cuando sentimos celos, ansiedad o posesión hacia la pareja?

Que tenemos heridas no resueltas. Los celos hablan más de inseguridad propia que del otro. La ansiedad por controlar refleja miedo a no ser suficiente o a que me abandonen.

¿Es posible tener un vínculo sano si uno de los dos todavía confunde amor con apego? ¿O inevitablemente la balanza se desequilibra?

Se desequilibra. Una relación sana requiere que ambos crezcan. Si uno ama y el otro depende, tarde o temprano, se genera desgaste y resentimiento.

¿Qué papel juega el amor propio en todo esto?

El amor propio es el filtro. Se traduce en poner límites, no aceptar migajas de afecto, y elegir quedarte donde hay respeto y cuidado mutuo. Es la brújula que te dice si te quedas o te vas.

A veces la gente se queda en relaciones que restan porque hay momentos de intensidad que se confunden con amor. ¿Cómo diferenciar la chispa emocional de un vínculo nutritivo y estable?

La chispa se siente como montaña rusa: subes y bajas sin control. El amor nutritivo se siente como tierra firme: hay tranquilidad, confianza y espacio para crecer.

¿Qué consejo daría para construir relaciones que sumen de verdad, más allá de la emoción?

Que no olviden tres bases: comunicación honesta, respeto por la individualidad y compromiso con el crecimiento mutuo. Lo demás se construye sobre eso.

¿Qué mito romántico cree que más daño nos hace a la hora de construir vínculos?

La idea de la “media naranja” . Creer que estamos incompletos hasta que alguien llegue a salvarnos nos condena a relaciones de dependencia. Somos naranjas enteras.

Si pudiera dar una sola señal definitiva para distinguir el amor del apego, ¿cuál sería?

El amor suma libertad, el apego resta libertad. Si puedes ser tú misma sin miedo y aun así eliges estar con el otro, eso es amor.