Nuestro bienestar es esencial para proseguir en el día a día. En una sociedad cada vez más difícil de gestionar, tanto el cuerpo como la mente deben estar preparados para afrontar cualquier ocurrencia, de día y de noche. Sin embargo, la cabeza es a menudo un elemento olvidado. Tan pronto como nos despistamos, podemos encontrarnos sintiendo dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones.
Una de las claves de este estado positivo es combatir, de la mejor forma posible, sentimientos como la tristeza. Un hecho que investigan personas como Begoña del Campo, neuropsicóloga e impulsora del sistema BMR (Begoña Mental Reset), por el cual busca reprogramar los pensamientos más negativos de la cabeza. Durante una de sus intervenciones más recientes en redes sociales, la divulgadora explicó lo que ocurre en la cabeza cuando una pareja se convierte en padres.
“Cuando una pareja se convierte en madre y padre, no solo nace un bebé, nacen dos personas nuevas, que a veces no se reconocen, porque todo cambia. Cambia el cuerpo, el sueño, los silencios, los ritmos. Cambia la forma de amar, de priorizar, de pedir ayuda. Y en medio de ese huracán es fácil sentirse desconectados. Uno se siente solo, el otro agotado. Uno necesita cuidado, el otro comprensión”, comentaba en un vídeo de TikTok.
“Y a veces, por no saber cómo decirlo, se calla todo. Pero si supiéramos que eso es parte del proceso, no habría tanta culpa, no habría tantas rupturas por cosas que sólo necesitaban ser habladas. No estáis fallando, estáis aprendiendo a ser nuevos. No comparéis el antes con el ahora, porque este ahora está construyendo algo mucho más profundo. Si hay respeto, si hay mirada, si hay equipo, la pareja no desaparece, se transforma”, añadía.
Salir del paso
“Y ahí, en esa transformación, pueden hacer un amor más real, más tierno, más valiente, más humano”, concluía. Recientemente, del Campo también destacó la posibilidad de adicción del organismo a la negatividad: “¿Sabías que tu cuerpo puede volverse adicto a la tristeza? Sí, como lo oyes. Tu cuerpo puede ser adicto a sentir tristeza y te explico por qué. Cada emoción genera una química y, si repites una emoción, tu cuerpo se habitúa”.
“El cerebro dice, ‘esto es familiar, esto es seguro’. Y por eso repites historias dolorosas, aunque conscientemente quieres algo nuevo. La solución, romper la química con una nueva experiencia emocional. Estuve investigando y me di cuenta de que cuando tú te quedas dormido en esa puerta de entrada, el subconsciente es súper sugestionable. Es como si fueras un niño pequeño, de los cero a los siete años estamos en ese estado, un estado hipnológico”, insistía.


