El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Las relaciones personales son las más complicadas de gestionar en este sentido, a menudo provocando dudas y malestares internos. Un apunte que ha destacado la psicóloga y divulgadora Silvia Severino, quien comparte habitualmente sus conocimientos a través de las redes sociales. Mediante un vídeo publicado en TikTok e Instagram, la experta aportaba una serie de trucos para descubrir si una persona sufre del denominado “síndrome de Peter Pan”.
“Evitas cualquier tipo de responsabilidad seria, trabajo estable, cuentas o compromiso. ¿Prefieres mirar hacia otro lado? Te cuesta comprometerte en las relaciones. Escapas de conversaciones sobre futuro, matrimonios o hijos. Dependencia encubierta. Aunque aparentas independencia, necesitas que otros resuelvan tus problemas o te salven de tus errores”, expresaba, sumando valores adicionales a esta condición.
“Vives para el placer inmediato. Viajes, fiestas, compras, pero nada de planear a largo plazo. Te sientes incómodo cuando alguien te dice, ya es hora de madurar”, insistía. Del mismo modo, recientemente Severino expuso cuatro consejos que, desde su punto de vista, pueden ayudar a mejorar nuestra paz mental: “Deja de quejarte. Cuando nos quejamos, aunque sea por costumbre, estamos enviando mensajes negativos a nuestra mente”.
Dejar de preocuparse
“Constantemente. Y eso nos agota sin que nos demos cuenta. Deja de decir no tengo tiempo. Cada vez que dices esta frase le das el control a todo aquello que es externo. Y eso genera una sensación de estrés y urgencia que no deja claridad para pensar. Deja de obsesionarte con lo material. Cuando tenga esto seré feliz, cuando llegue a esto seré feliz, cuando termine esto seré feliz y cuando consiga esto seré feliz. Mentira”, recalcaba.
“Las cosas materiales nos llevan a vacíos emocionales y solo lo tapan por un rato. Deja las distracciones. Cada vez que algo interrumpe nuestra atención, nuestra energía baja. Y eso nos impide rendir al 100% de lo que de verdad importa”, insistía.


