En uno de sus últimos post en redes sociales, la psiquiatra Rosa Molina reflexionó sobre la delgada línea que separa la amistad del amor, inspirándose en una de las frases más conocidas de Albert Camus: “La amistad puede convertirse en amor. El amor en amistad, nunca”.
Según la especialista, esta afirmación refleja una jerarquía emocional entre ambos vínculos que, en muchos casos, se cumple de manera evidente.
“Cuando una relación de pareja termina, lo que solía ser una ‘amistad’ profunda puede desaparecer, ya que las expectativas y los sentimientos son difíciles de dejar de lado”, explicó.
En su análisis, Rosa planteó que no todas las relaciones que llamamos “amor” son necesariamente tales. “¿Y si no era amor… era solo idealización? ¿Y si no era amor… era dependencia emocional? ¿Y si no era amor… era narcisismo encubierto? ¿Y si no era amor… era apego inseguro?”, se cuestionó.
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La experta señaló que es relativamente común que una amistad evolucione hacia un terreno amoroso cuando existe una conexión profunda, confianza y complicidad.
Sin embargo, aclaró que el proceso inverso rara vez se da con naturalidad. “Cuando hay ruptura, lo que se construyó desde el amor suele dejar cicatrices que dificultan mantener la relación en el terreno de la amistad”, apuntó.
Desconfianza
Por último, dejó abierta la pregunta sobre si la cita de Albert Camus es universal o depende del tipo de relación que se haya mantenido. “La frase de Camus plantea una jerarquía emocional entre amistad y amor. En algunos casos, muchas amistades pueden convertirse en algo más íntimo y amoroso. Pero a la inversa, cuando termina la relación, lo que solía ser amistad puede desaparecer”, concluyó.



